«Los hechos de esta semana sí nos han preocupado», dijo en una rueda de prensa el jefe de la misión de observación electoral de la OEA, Gustavo Fernández, que se refirió a «un recrudecimiento de los hechos de violencia y el endurecimiento del debate político» en el país.
Fernández, ex ministro de la Presidencia y ex canciller de Bolivia, pidió a la autoridades salvadoreñas que «tomen todas las medidas posibles para evitar la violencia» en las elecciones del domingo.
También hizo un llamamiento «a todos los partidos políticos para que respeten al adversario».
«Esperamos que las elecciones de este domingo se celebren en las mismas condiciones que los comicios legislativos del pasado 18 de enero» en El Salvador, agregó al recordar que esas votaciones tuvieron el aval de la misma misión de observación de la OEA que él encabeza.
Ante las insistentes preguntas de periodistas salvadoreños sobre la posibilidad de un fraude electoral, Fernández comentó que no se puede «descartar nada hasta que concluya el proceso electoral».
«Tenemos que estar con los ojos bien abiertos», subrayó.
El representante del organismo interamericano recordó que su misión electoral certificó recientemente «la concordancia en un 95 por ciento entre el padrón electoral y el registro nacional de personas» en El Salvador.
No obstante, Fernández aclaró que la misión de observación de la OEA se pronunciará en un informe final sobre las irregularidades que ha encontrado en el proceso electoral cuando éste concluya.
Sobre el «desequilibrio» detectado y denunciado por los observadores de la Unión Europea (UE) en el apoyo del Estado y los medios de comunicación a los candidatos, el representante de la OEA consideró «inapropiado hacer valoraciones» hasta que no se celebren la elecciones.
En las elecciones del domingo se enfrentarán Rodrigo Ávila, de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), y Mauricio Funes, del izquierdista Frente «Farabundo Martí» para la Liberación Nacional (FMLN).
El FMLN se presenta en estos comicios con un inédito favoritismo, según las encuestas, y su eventual victoria acabaría con 20 años de predominio de ARENA al frente del Gobierno.
Unos 4,2 millones de salvadoreños están convocados a elegir a su presidente y vicepresidente en unas elecciones que se anticipan reñidas y que se definirán en una única vuelta con el 50% más uno del total de votos.