El camino hacia la votación ha estado marcado, sin embargo, por un álgido debate en torno a la supuesta financiación recibida por Funes de parte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y las declaraciones de legisladores estadounidenses sobre un posible triunfo del FMLN.
Funes, entretanto, ha evitado comprometerse con programas encabezados por Caracas, como la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), al tiempo que ha expresado su simpatía con el gobernante brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
«Aquí ha parecido que hay tres candidatos: Funes, Ávila y Chávez», comentó hoy a Efe la coordinadora general adjunta del FMLN, Luz Estrella Rodríguez, en referencia a la utilización de la figura del líder venezolano durante la campaña.
ARENA publicó diversos anuncios con extractos de discursos de Chávez, en los que el mandatario expresa su supuesta intención de incluir a El Salvador en sus planes expansionistas.
Ávila afirmó el viernes en una rueda de prensa que su campaña estuvo «fundamentada en verdades», ya que es «visible» que Chávez «quiere unir a El Salvador a la patria grande (…), a su proyecto bolivariano».
Por su parte, Funes se ha desmarcado, al afirmar que no tiene porqué adherirse a ningún matiz de la izquierda latinoamericana, sino más bien responder a las necesidades de su país en el marco de lo que llamó una «izquierda salvadoreña».
El gerente general de ARENA en San Salvador, Adolfo Torres, dijo hoy a Efe que Chávez «ha financiado al FMLN» e indicó que «hay pruebas contundentes de eso».
«No estamos de acuerdo en la injerencia de Chávez en El Salvador», sostuvo, al considerar que la misma «es palpable».
El partido de Gobierno acusa a Chávez de supuestamente intervenir por medio de la empresa Alba Petróleos de El Salvador, formada por alcaldías gobernadas por el FMLN y la estatal venezolana PDVSA.
El FMLN ha negado que su campaña, mucho más intensa que en ocasiones anteriores, haya recibido fondos de otros gobiernos y ha informado de que sus recursos provienen de contribuciones hechas por empresarios y simpatizantes.
Funes respondió a la ofensiva en su contra con mensajes que evocaron las «esperanzas» de «un cambio seguro», en los que apeló a las imágenes de Lula y del presidente de EE.UU., Barack Obama.
El candidato del FMLN está casado con la brasileña Vanda Pignato, representante en Centroamérica del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, y en sus discursos no ha sido extraño que exprese su admiración por Lula.
Luego del triunfo de Obama en las elecciones en EE.UU., en noviembre pasado, los mensajes de Funes incluyeron a la figura del mandatario junto al eslogan «Yes, we can», traducido también al español («Sí podemos»), en un claro símil de ambas candidaturas.
Esta semana, los congresistas republicanos estadounidenses Dana Rohrabacher y Connie Mack pidieron a la administración de Obama que si el FMLN asciende al poder se revisen ciertas políticas que posiblemente, según publicaron rotativos locales, afectarían el envío de remesas y al Estatus de Protección Temporal (TPS, por su sigla en inglés), que beneficia a miles de salvadoreños en EE.UU.
Inmediatamente, Washington respondió por medio del secretario de Estado adjunto para Latinoamérica, Thomas Shannon, quien afirmó que su país «respetará» la decisión de los salvadoreños y que está comprometido «con unas elecciones libres y justas».