En medio de reclamos de los familiares, el portavoz, Héctor Iván Mejía, leyó el listado ante la desesperación de los parientes de los reclusos.
Medicina forense empezó a evacuar los cuerpos de las víctimas y el ambiente empezó a volverse más intenso ante las altas temperatura que envuelven la región central hondureña.
Desmayos y reclamos de parientes que acusan a las autoridades de negligentes matizó el crudo ambiente donde los cuerpos reflejan la agudeza de la tragedia.
El comisionado de los derechos humanos, Ramón Custodio, dijo que 356 no respondieron cuando se pasó lista para verificar a los sobrevivientes.
Los parientes de las víctimas, especialmente las mujeres han desafiado a la autoridad e intentaron ingresar al sitio donde están los cuerpos para verificar lo que ha ocurrido con sus familiares.
“Los centros penales del país están colapsado y el Estado tiene que hacer cambios sustanciales” dijo el jefe de presidios, Danilo Orellana, reiterando una vieja urgencia.
Expresó que existen dos versiones respecto a lo que ocasionó el siniestro. Explicó que una de ellas indica que se trató de un corto circuito y otra advierte que hubo mano criminal.
La cárcel de Comayagua albergaba 852 reclusos.
La cárcel de Comayagua estaba construida para 250 personas pero su sobrepoblación le excedía en más de dos veces.
El padre Reinaldo Antonio Moncada lamentó el hecho y pidió fe a quienes aun no saben si sus parientes murieron durante el siniestro.
La doctora forense, Lucy Funes dijo que son por lo menos 275 los muertos mientras que el ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla dijo que “son más de 200”.
Los heridos se estiman en al menos medio centenar.
El presidente hondureño Porfirio Lobo se ha mantenido en reunión con operadores de justicia y ha dicho que hablará a la nación en el trascurso de la mañana.
La tragedia de Comayagua es la mayor de Honduras. En mayo de 2004 otro siniestro similar ocasionó 107 muertos.