Los Ángeles (EE.UU.)- Se apaga la esperanza de los padres de José David Galdámez, un niño de 9 años que padece la enfermedad de los «huesos de cristal», pues, aunque consiguieron un tratamiento para el pequeño en EE.UU., su situación migratoria les empuja a regresar a Honduras y poner en riesgo la salud del menor.
Neptalí Galdámez, su esposa, María Elena Fernández, y el menor de sus hijos llegaron desde la hondureña localidad de San José Copan a Los Ángeles el pasado 18 de enero. La familia logró obtener una visa humanitaria que les permitía quedarse seis meses y buscar tratamiento para curar la osteogénesis imperfecta que padece.
Sin embargo, José David necesita estar bajo la supervisión médica por lo menos dos años para luego someterse a dos cirugías en su rostro.
«Es un tiempo largo, si nos vamos para Honduras de vuelta es difícil que regresemos, el tratamiento de él quedaría botado» explicó a Efe Galdámez.
El periplo de esta humilde familia comenzó hace seis años, cuando la madre de José David se dio cuenta de que las mejillas del niño crecían de forma desproporcionada.Leer nota completa.