Más allá de la macro…

Por: Julio Raudales
En un acucioso artículo, el Doctor Luís Cosenza Jimenez, ex Secretario de la Presidencia y Jefe de Gabinete en la Administración Maduro (2002-2006), hace un recorrido somero y certero por el desempeño de los principales indicadores macroeconómicos durante los primeros 15 años de este siglo.

http://www.proceso.hn/criterios1/item/109130-indicadores-macroecon%C3%B3micos.html. Con su análisis, el Doctor Cosenza demuestra que a la luz de las cifras oficiales, no es tan cierta la aseveración muy divulgada por los medios, acerca de que nuestra situación macroeconómica “nunca había estado tan bien como ahora”.
Hay al menos tres cosas que debo decir al respecto:
La primera es que coincido plenamente con la tesis planteada por el ex ministro, referente a que si bien es cierto, hemos iniciado el camino de la recuperación fiscal, nuestros indicadores macroeconómicos están aún lejos de alcanzar los niveles logrados a mediados de la década pasada.
Luego de la debacle ocurrida debido a que entre 2008 y 2013 las autoridades persistieron en el relajamiento del gasto corriente, el aumento en las exoneraciones tributarias, el abuso en la contratación de deuda interna y externa, así como la indisciplina y poca transparencia en el uso de los recursos públicos que dieron rienda suelta a la corrupción e impunidad, hubo que hacer un severo ajuste fiscal, consistente en aumentar la base y tasa en varios impuestos, controlar el gasto y reducir algunos subsidios. Esto era necesario, aunque, como he señalado anteriormente, tiene sus costos sociales y macroeconómicos.
Por otro lado, tenemos aun importantes desafíos en el resto de los indicadores de manejo de política: La inflación es baja, pero no alcanza los niveles del 2008, y eso que el precio internacional del petróleo continúa en picada. Por otro lado, el uso activo de las letras del Banco Central, así como la Tasa de Política Monetaria no consiguen que el nivel de crédito de la banca comercial al sector productivo mejore y, si bien es cierto la política cambiaria implementada desde el 2011 ha reducido el nivel de apreciación real de nuestra moneda, todavía no logramos equilibrar nuestra posición comercial frente a los competidores de la región.
Una segunda acotación a lo expuesto por el Dr. Cosenza tiene que ver con los indicadores de más largo plazo, tales como el crecimiento, la reducción de la pobreza y el desempleo. Debo insistir en que al final, el objeto último de la macroeconomía es abrir espacios para que las personas desarrollen sus potencialidades personales y esto no puede lograrse sin crecimiento económico. Ahora, es importante aclarar que este indicador no puede entenderse si lo medimos en un plazo muy corto. Honduras por ejemplo, tuvo una histórica expansión económica entre 2004 y 2007, en donde la tasa de crecimiento del PIB real fue de más de 6%. Si este porcentaje pudiera mantenerse al menos por doce años, nuestro país observaría cambios visibles, tal y como ha sucedido con Chile o Panamá y más recientemente con Perú. Pero hablar de crecimiento económico por dos o tres años no es consecuente si se quiere mostrar resultados viables. Lo mismo puede decirse de la tasa de pobreza y subempleo.
Lo tercero es una regla simple pero segura si es que se quiere fracasar en política macroeconómica: no conocer la importancia de las secuencias y los ritmos a la hora de aplicar los instrumentos a los objetivos trazados: Por ejemplo, Usted no puede desear que la tasa de interés baje y que al mismo tiempo el tipo de cambio nominal se mantenga estable. Si hace esto, lo único que conseguirá será acabar con sus reservas internacionales o provocará inflación y a la larga tendrá que optar por la solución políticamente más barata. Asimismo, no se puede desear que haya más puestos de trabajo en el sector privado y a la vez incrementar los impuestos para financiar su déficit fiscal, al final tendrá que endeudarse y eventualmente sucederá lo de enero de 2013: Un nuevo paquetazo para pagar los platos rotos.
Es importante escuchar a los que tienen el conocimiento y la experiencia. La macroeconomía está llena de lecciones y la mayoría de los técnicos de SEFIN y el BCH pueden aportar mucho al respecto. Sin embargo, el entusiasmo y la presión por ver resultados en el corto plazo, hacen que la voz de los conocedores se diluya y al cabo tengan que dibujar una sonrisa en su rostro al repetir por enésima vez: “lo advertí y no me hicieron caso”. Mas allá de la Macro está la gente… y esta no olvida.
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