Iglesia Católica pide renuncia de Pérez Molina; jueza ratifica que presidente está en Guatemala

Guatemala – El Arzobispo Metropolitano Óscar Julio Vián Morales después de la liturgia dominical, se expresó a favor de la renuncia del presidente Otto Pérez Molina.

Vián Morales considera que con todos los señalamientos en contra del mandatario, la mejor decisión que puede tomar es la renuncia y enfrentar la justicia para allí demostrar si en realidad es inocente.

Para el prelado, “este gobierno al igual que otros, dijo que amaban a Guatemala, pero en realidad robaron a los pobres”.

El líder religioso también se refirió a la captura de Roxana Baldetti y calificó la acción judicial como “increíble”.

Para Vián Morales, las manifestaciones sociales deben seguir y conseguir con esto cambios para el país, además de tener un mayor control contra la corrupción.

Morales afirmó que “la mayoría de católicos”, está a favor de la renuncia del presidente y él debe escuchar ese clamor”, a la vez que el religioso dice seguir apoyando las movilizaciones ciudadanas.

 

Una jueza ratifica que el presidente
de Guatemala está en el país

Una jueza ratificó hoy la presencia del presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, a quien la Fiscalía y un ente de la ONU acusaron el pasado viernes de liderar una trama de corrupción millonaria en el ente recaudador de impuestos.

Con motivo de los rumores acaecidos desde el pasado viernes sobre el paradero del mandatario guatemalteco, una jueza de paz confirmó este domingo que Pérez Molina se encuentra en el país centroamericano.

ottoLa jueza Carmen Pocón dio así respuesta a una exhibición personal presenta ayer a última hora de la noche por el guatemalteco Bernardo Silva Barrera, un activista que estuvo encadenado al Palacio Nacional de la Cultura, una de las dependencias del Gobierno, durante más de una semana.

Según informaron medios locales, las diligencias para dar cumplimiento a la exhibición personal y establecer dónde estaba el presidente empezaron en una de sus casas, ubicada en la zona 15 de la capital.

Como no se encontraba ahí, la búsqueda se amplió hasta la Casa Presidencial, situada en la zona 1 capitalina, y fue ahí donde Pocón ratificó la presencia de Pérez Molina, que se encuentra, de acuerdo a la magistrada, «bien, sin peligro, ni amenazas físicas».

La acción presentada por Silva pedía establecer, en un plazo máximo de 24 horas, el paradero del mandatario, porque «su vida puede estar siendo amenazada antes los señalamientos del Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), no apareciendo públicamente», sostiene el escrito.

El MP y la CICIG presentaron el pasado viernes una solicitud de antejuicio contra Pérez Molina, al que acusan de liderar la trama de corrupción conocida como «La Lína», junto a su ex vicepresidenta, Roxana Baldetti, quien renunció al cargo el pasado 8 de mayo tras verse salpicada en el mismo caso.

Baldetti prestará mañana lunes su primera declaración, mientras la Corte Suprema de Justicia (CSJ) debe dar trámite al antejuicio del presidente y, posteriormente, alcanzar el aval suficiente en el Congreso de la República para que se le retire la inmunidad y pueda enfrentar un proceso judicial.

Pérez Molina colgó ayer sábado en su cuenta oficial de la red social Twitter unas fotografías en las que informaba de que había mantenido una reunión con la ministra de Gobernación (Interior), Eunice Mendizábal, para estudiar temas de «incidencia criminal».

Desde su acusación, los rumores sobre su posible renuncia no han cesado, aunque su portavoz, Jorge Ortega, y su secretaria de Comunicación Social, Karla Herrera, han repetido a los periodistas en repetidas ocasiones que la dimisión no se ha producido.

Esta tarde, desde las 17:00 hora local (23:00 GMT), el presidente celebra un gabinete de Gobierno de «carácter privado».

Dicho encuentro se produce después de que ayer sábado dos de sus ministros anunciaran su renuncia: la titular de Educación, Cynthia del Águila, y de Economía, Sergio de la Torre.

Ambos funcionarios, los únicos que quedaban desde que el presidente alcanzó el poder, aseguraron sentirse «traicionados y decepcionados».

 

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