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Política limpia y Ley de Paridad exhiben conservadurismo de partidos políticos

Tegucigalpa Dos propuestas que buscan reformar la política en Honduras, no logran derribar los muros del conservadurismo que impregna a los partidos políticos, reacios a discutir una ley de política limpia que regule el financiamiento de las campañas políticas y el dinero que ingresa a sus partidos, así como a otorgar mayores cuotas de participación a las mujeres mediante una ley de paridad.

– Libre y el PINU-SD no esconden su condicionamiento a la ley que vendría a evitar la entrada de dinero negro en las campañas políticas                              

  • – Las mujeres se han hecho un bloque para luchar por la paridad electoral

Ambas acciones que buscan revolucionar el sentido de la política en este país centroamericano para volverlo más transparente e inclusivo, se han quedado en el camino mientras el proceso electoral primario e interno de marzo de 2017, arrancó oficialmente en septiembretras la convocatoria hecha por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Las mujeres políticas organizadas se han hecho un nudo para reclamar el cumplimiento de la Ley de Paridad que les otorga el 50 por ciento de las cuotas de participación política e introduce la modalidad de la figura de la trenza para asegurar salir en los puestos de elección popular.

Por un candidato hombre a diputado, por ejemplo, debe ir también una candidata mujer y así sucesivamente. Esto aplica también para los gobiernos locales, pero en el Tribunal Supremo Electoral la interpretación de los magistrados a la ley de paridad la dejaron a criterio de los partidos políticos para no meterse en problemas.

Responsable de garantizar que se cumpla la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, así como sus reformas u otras iniciativas vinculadas a dar mayores espacios de inclusión y participación política, el TSE escabulló el bulto y las mujeres se han declarado indignadas y en luto permanente.

Desde hace dos meses, protestan no solo frente al TSE, también frente al Congreso Nacional, las plazas públicas de la capital y de otras ciudades del país, pero sus reclamos no son escuchados. Las dirigencias políticas de los partidos dicen que cumplirán, que las mujeres son importantes, pero sí de acuerdos firmados se trata, el discurso se vuelve más prolongado.

La Academia de Mujeres

Las mujeres políticas han creado así una Academia de Candidatas Mujeres Políticas, con la que buscan sembrar más democracia y más equidad. Y en el parlamento, han creado un Frente Multipartidario de Mujeres donde están todas las diputadas de los partidos políticos ahí representados intentando hacer bulla para que se les escuche.

Esta Academia de Candidatas es impulsada por una alianza de instituciones internacionales como ONU Mujeres, el PNUD, el Instituto Nacional de Democracia Interpartidaria (NIMD), de Holanda y el Instituto Nacional Demócrata (NDI), de Estados Unidos. Ellos apuestan a la igualdad y la inclusión de la mujer en espacios políticos y sociales.

Producto de esa incidencia, se logró que Honduras en las últimas elecciones que el país alcanzara una representación femenina en el parlamento de un 25%, siendo la nación que tiene más mujeres diputadas en el istmo.

Pero esa tendencia puede ser frenada si los partidos políticos siguen incumpliendo la ley de paridad. Algunos diputados han expresado que las mujeres no tienen por qué ir en una fórmula de alternancia y que, si abren los espacios de esta forma, vendrán otros grupos como la comunidad LGTBI a querer iguales derechos y espacios; y ya la Constitución hondureña dice que todos son iguales ante la ley.

Esa visión conservadora de las elites políticas hondureñas no solo es para el tema de la equidad de género y la participación política de la ley, también para la llamada transparencia y rendición de cuentas. Es el caso de la política limpia que busca regular el financiamiento de las campañas políticas y el dinero que perciben los partidos políticos. Especialmente los partidos de reciente creación se han vuelto un nudo contra la ley que busca controlar el dinero, desde su origen, en las campañas.

La propuesta en la llamada Ley de Financiamiento es impulsada por la Misión de Apoyo en la lucha contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (MACCIH), que no ha podido destrabar la resistencia de algunos políticos que en público abrazan la transparencia, pero cuando en la práctica hay que ejecutarla, empiezan a poner condiciones para su apoyo.

Política limpia sí…pero

La ley de política limpia versus el dinero sucio que puede ingresar de la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado, tiene entre sus fortalezas una Unidad Fiscalizadora responsable de contar las costillas a los partidos políticos y escudriñar el dinero que ingresa a las campañas.

Los partidos políticos ahora quieren tener representación en esa unidad, que, dentro de la propuesta de ley, debe ser independiente y apolítica. Esa es una de las trabas en donde no hay acuerdo, pues a criterio de la MACCIH la independencia debe estar garantizada.

La ley de política limpia que debió ser aprobada en agosto, aun no entra a debate al parlamento porque la comisión de dictamen no logra los consensos y ya partidos como Libertad y Refundación (Libre), Partido Anticorrupción (PAC) e incluso el PINU – Social Demócrata han condicionado fuertemente su apoyo a cambio de canonjías.

Es el conservadurismo de las elites políticas que incluye nuevos partidos, últimos que más parecen haber caído en una especie de progeria política, es decir, se envejecieron antes de tiempo.

El atraso de la ley sobre política limpia ha llevado a que la comunidad internacional, representada en el G-16, le recuerde a Honduras sus compromisos suscritos en materia de reformas políticas y electorales. Uno de ellos, agrega, es la ley de financiamiento para poner un coto al dinero que ingresa a las campañas para que no sea procedente de la corrupción pública o privada, mucho menos del narcotráfico o el crimen organizado.

La preocupación, tanto de la comunidad internacional como de los analistas y expertos locales, obedece a que la presencia del crimen organizado parece haber permeado importantes esferas del país y de la geografía nacional, en especial en los gobiernos locales.

Pero la clase política no parece inmutarse de esas preocupaciones y de momento mantiene bloqueadas dos aspiraciones que podrían revolucionar la forma de hacer política en el país: la ley de financiamiento y la ley de paridad.

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