Tokio – El presidente filipino, Rodrigo Duterte, volvió a recalcar hoy el malestar que siente hacia EE.UU., aliado del que se ha distanciado desde que llegó al poder, y dijo que considera que Washington trata a los filipinos «como perros».
En el transcurso de una visita realizada a un cuartel de la guardia costera japonesa en Yokohama, al sur de Tokio, Duterte explicó a medios locales que el primer ministro nipón, Shinzo Abe, le pidió durante su reunión de la víspera que explicara su decisión de alejarse de la primera potencia mundial.
«Le dije lo que siento. Es como si nos estuvieran tratando como perros, como lanzando el pan ahí bien lejos cada vez que tienes un problema conmigo», manifestó el polémico líder filipino en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
«Ya he dicho que siento malestar con respecto a los americanos. Cada vez que hay un tema, el que sea, puede ser de derechos humanos o lo que sea, es como si nosotros fuéramos perros que están atados y ellos nos tiran el pan bien lejos de nuestras bocas, para que nos quedemos salivando y tratando de alcanzar ese pan», opinó.
Duterte comentó que Abe se limitó a escucharle sin responder y añadió que el primer ministro nipón es «un hombre muy cortés».
Durante su visita de tres días a Japón que concluyó hoy, el presidente filipino, que llegó al poder en junio, subrayó su intención de emanciparse de Washington y afirmó que quiere a las tropas estadounidenses fuera de su territorio de aquí a dos años, aunque implique modificar acuerdos ya firmados con el Pentágono.
Su giro en las relaciones con EEUU y el acercamiento a China preocupa a Tokio, que tiene a Washington y Manila entre sus principales aliados militares, por temor a que esta nueva política exterior altere el equilibrio de poder regional.
Duterte ha apostado además por resolver de manera pacífica la disputa territorial que Manila mantenía con Pekín a cuenta del archipiélago Spratly, algo que despierta desconfianza en el Gobierno nipón, que mantiene su propio contencioso con China a cuenta de la soberanía de otras islas.
En ese sentido, el presidente filipino hizo un guiño a sus socios nipones asegurando que buques japoneses podrán patrullar en el Mar de China Meridional «dentro de aguas territoriales» filipinas.
«No creo que China nos lo impida. Japón solo estaría de paseo por ahí. De hecho, a ellos (a Pekín) también les dijimos que pueden acercarse a nuestras aguas territoriales y aparcar ahí si quieren», manifestó.
El Gobierno chino aplaudió hoy que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, defendiera su creciente distanciamiento con Estados Unidos durante una visita a Japón, y destacó que sus declaraciones realizadas allí han «ido en línea con el consenso logrado en Pekín».
Así lo aseguró hoy Lu Kang, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, en una rueda de prensa en la capital china, desde donde Duterte anunció la pasada semana el distanciamiento de Filipinas de EE.UU., su aliado tradicional, y su acercamiento a China.
De forma similar, Duterte defendió durante su visita a Tokio los pasados tres días su creciente separación de Estados Unidos, asegurando ayer que desea poner fin a la presencia militar estadounidense en su país «en los dos próximos años».
Unos comentarios similares a los que realizó en Pekín, donde también abogó por retomar el diálogo con China unos territorios que se disputan en el mar de China Meridional.
«China y Filipinas llevan el asunto del mar de China Meridional por una dirección positiva», declaró hoy Lu.
El portavoz resaltó que ambos países han «vuelto a la senda correcta de las conversaciones y negociaciones bilaterales», después de que Duterte así lo acordara la semana pasada con su homólogo chino, Xi Jinping, en Pekín.
Desde su llegada al poder este verano, Duterte ha abogado por retomar el diálogo con China y reducir la importancia de una sentencia dirimida en julio a su favor por la Corte de Arbitraje Permanente de La Haya, a la que Pekín se opone.
«El consenso sirve a los intereses de los dos países y también es una buena noticia para la estabilidad y la paz regional», incidió hoy Lu, quien remachó: «a quien no le guste, puede empezar a salir de su delirio», en alusión a EE.UU. y Japón.
El supuesto distanciamiento de Manila de Washington, y en contraste su acercamiento hacia Pekín, ha despertado el nerviosismo de Tokio, que mantiene su propio contencioso territorial con China en torno a otras islas del mar de China Oriental.