Miami, (EEUU) – El Partido Republicano , la esencia del conservadurismo en Estados Unidos, se encuentra dividido ante la eventual candidatura presidencial del magnate neoyorquino Donald Trump que viene a revolucionar sus principios y creencias.
Trump ganó las primarias de Nebraska y Virginia Occidental del martes, donde no tenía rivales, y solo le faltan 169 delegados para lograr los 1,237 necesarios para tener la nominación de la candidatura presidencial republicana en la convención de Cleveland (Ohio), en julio.
Por el bando demócrata, el senador Bernie Sanders ganaba ligeramente la de Virginia Occidental, cuando se llevaba un recuento del 20 por ciento, por un 48.6 por ciento a 42.0 por ciento de la ex Secretaria de Estado Hillary Clinton.
Pero si se confirma la victoria de Sanders, no afectará mucho a Clinton, a quien solo le faltan 155 delegados de los 2,383 necesarios para lograr la candidatura presidencial del partido en la convención de julio en Filadelfia.
El imparable ascenso electoral de Trump y el hecho que será el candidato presidencial republicano tiene fuertemente dividido al “establishment” del partido que no sale aún de su asombro de que el empresario inmobiliario sea ahora su nuevo líder, después de haber vencido en primarias a otros 16 rivales.
El presidente (“Speaker”) de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, el republicano de mayor rango institucional en el país, dio un gran golpe mediático contra Trump al decir que no estaba “aún” listo para votar por él.
A esto se une que tampoco le votarán su ex rival en la contienda electoral Jeb Bush (ex gobernador de Florida) y su padre y hermano, George H. W. Bush y George W. Bush, ambos ex presidentes republicanos.
También se han mostrado contrarios a Trump, Mitt Romney, ex candidato presidencial del partido y el influyente senador de Carolina del Sur, Lindsey Graham.
¿Quienes apoyan por ahora a Trump?
Nada menos que cerca de once millones de votantes en las primarias, el que más ha logrado en este largo y complicado proceso electoral norteamericano que terminará en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.
Los votantes de Trump son más que todo de la clase trabajadora blanca, cristiana evangélica, que ve al magnate como el único que ha sabido captar sus quejas y descontento con el gobierno federal de Washington y por el descenso de su calidad de vida.
Sobre la oposición de Ryan, Trump dijo en una entrevista con Fox News que le había sorprendido mucho y en su típico desplante chulesco y petulante, la descartó de plano: “No me inquieta en nada”.
La crítica más fuerte contra Ryan vino de parte de Katrina Pierson, portavoz de Trump, quien dijo que por el puesto que ocupa debería apoyar la unidad del partido y qué si no lo hace, “posiblemente esté incapacitado para ejercerlo”.
Según el “Washington Post”, la eventual nominación de Trump como candidato presidencial republicano ha empujado a muchos líderes del movimiento conservador – por generaciones la columna vertebral del partido- a liberarse de esa agrupación política que ahora está siendo rediseñada por el tono incendiario y populista no ortodoxo del magnate.
“La inesperada resistencia de muchas personalidades de la derecha no se deben a sus creencias que no pueda ser elegible en noviembre, sino más que todo a que los que se declaran defensores del conservadurismo piensan que más vale preservar su proyecto ideológico, que apoyar un candidato que creen que va a violar esos principios”, agrega el diario.
Trump, aparte de defenderse de sus enemigos dentro de su propio partido, también lo está haciendo de la ex Secretaria de Estado, su verdadero y único rival para llegar a la Casa Blanca.
Presagiando ya lo que será una acalorada campaña electoral presidencial, tan pronto terminan las convenciones de julio, Trump ha comenzado los ataques personales contra la que será su más que probable rival por el Partido Demócrata.
En un mitin electoral en el estado de Washington, Trump dijo que Hillary Clinton está casada con un hombre que ha sido el más abusador de las mujeres en la historia de la política americana, en referencia a las supuestas infidelidades del ex presidente Bill Clinton.
“Hillary permitió todo esto y trató a estas mujeres de una manera horrible. Y muchas de estas mujeres fueron destruidas, no por él, sino por Hillary una vez que estallaron los escándalos”, dijo Trump.