Un estudio de los geladas, una especie de monos que vive en las regiones montañosas de Etiopía, ha revelado que sus largas y complejas secuencias vocales siguen un patrón que se observa en muchas lenguas humanas: cuanto más larga es la secuencia en conjunto, más cortos son los sonidos que la forman.
Este trabajo ha sido realizado por el investigador Ramon Ferrer, del Laboratorio de Algorítmica Relacional, Complejidad y Aprendizaje de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) junto con investigadores de las universidades de Michigan y de Roehampton.
El trabajo, publicado en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences” (PNAS), no sólo desvela similitudes entre el sistema de comunicación humano y el de los primates, sino que también podría arrojar nueva luz sobre la organización elemental de diferentes sistemas biológicos.
Según los autores, en el lenguaje humano, la ley de Menzerath afirma que “cuanto más grande es el todo, menores son sus partes”.
Así, por ejemplo, las palabras más largas tienden a estar formadas por sílabas más cortas y los sintagmas más largos tienden a estar compuestos de palabras más cortas.
La ley recibe el nombre de Paul Menzerath, un lingüista eslovaco cuyas ideas han sido la semilla para décadas de investigación en lingüística cuantitativa.
La ley se cumple en un amplio espectro de lenguas, pero nunca se había comprobado su existencia en ninguna otra especie.
Ahora, este equipo internacional de investigadores, liderado por Morgan Gustison, de la Universidad de Michigan, y Stuart Semple, de la Universidad de Roehampton, en colaboración con el investigador Ramon Ferrer, de la UPC ha verificado la ley en los geladas, una especie donde los machos producen secuencias largas de varias llamadas -hasta 25 llamadas en total- formadas por seis tipos diferentes de gritos.
Los investigadores analizaron 1.065 de dichas secuencias vocales (compuestas de 4.747 llamadas individuales) que fueron grabadas a partir de 57 machos que vivían en el área Sankaber del Parque Nacional de las Montañas Simien, en Etiopía.
El investigador de la UPC Ramon Ferrer se ha encargado de analizar los datos provenientes de las vocalizaciones de los geladas y del diseño del modelo matemático.
De acuerdo con la ley de Menzerath, encontraron una relación negativa entre la longitud de la secuencia en número de llamadas y la duración promedio de las llamadas que la constituyen.
Según los autores, lo sorprendente es que la longitud de las primeras llamadas de la secuencia estaba estrechamente relacionada con como de larga era la secuencia, es decir, las secuencias empezaron con llamadas de la longitud “adecuada” para la secuencia: las secuencias cortas empezaron con llamadas largas, y las secuencias largas empezaron con llamadas cortas.
Según la UPC, este hallazgo no solo revela un patrón básico de la estructura secuencial compartida por la comunicación humana y no humana, sino que también podría tener implicaciones profundas sobre la comprensión de los sistemas biológicos en un sentido más amplio.
Los investigadores han señalado que, además de los patrones consistentes con la ley de Menzerath, han encontrado un abanico de niveles biológicos parecidos: en genes, genomas y proteínas.
Por eso, proponen que la compresión podría sustentar los sistemas de información biológica en un sentido muy amplio, desde moléculas a comportamiento animal hasta llegar al lenguaje humano.
Esta investigación es fruto de otras investigaciones del grupo LARCA de la UPC, cuyo objetivo es encontrar paralelismos entre los humanos, otras especies (como delfines y monos) y los genomas. EFE