Tegucigalpa – Difícil de llegar, tráfico absolutamente congestionado, calles sucias y semi destruidas, personas ebrias tiradas en las aceras, peleas entre vendedores y distribuidores que dejan producto en camiones, pepenadores buscando entre la basura, esa es parte de la travesía hasta llegar al histórico Cementerio General de la capital.
– Miles de personas han sido enterradas en el Cementerio General desde 1875 que fue fundado.
– Al menos 11 expresidentes de Honduras han sido sepultados en el Cementerio General.
Así de complicado es llegar al tradicional cementerio ubicado en Comayagüela, pero también otros de las principales ciudades del país y pese a todas esas dificultades, coronar a los muertos en su día, sigue siendo una tradición que sigue viva entre los hondureños.
Proceso Digital visitó el legendario camposanto de la capital en la víspera de las fechas, uno de noviembre, consagrada a los ángeles como se les llaman a los niños y al día dos, cuando las familias y amigos recuerdan a sus finados.
El Cementerio General luce como una plaza pública previo a una feria patronal, con el entusiasmo que fluye. Allí los trabajadores municipales, limpian la maleza, retocan los monumentos semi destruidos, barren y remozan sus callejuelas mientras los policías municipales y nacionales están presentes y ya han tomado disposiciones para proteger a los visitantes.
Así luce la entrada del Cementerio General ubicado en Comayagüela.
Los alrededores del camposanto
El Cementerio General está ubicado en una zona antañona de Comayagüela, allí lo visualizó el general José María Medina cuando comenzó a construirlo en 1875, luego siguió la obra el gobernante Marco Aurelio Soto y poco a poco fueron extendiéndolo hasta llegar a lo que es en la actualidad, dividido en el nuevo y viejo cementerio.
En cercanías del Cementerio GeneralEn el 2017, los alrededores del cementerio muestran un panorama gris. Los transeúntes observan en los alrededores a decenas de alcohólicos que deambulan entre cantinas o simplemente están tirados en las aceras mientras otros duermen o mendigan un trago para quitar la goma (resaca) y uno que otro toquetea los vehículos en marcha sin darse cuenta por su condición de profundo alcoholismo.
Las aguas negras superficiales se deslizan por las calles semi destruidas. Acudir allí en un vehículo turismo es seguramente echarlo a perder.
En el interior de un contenedor de basura, colocado en una de las calles, los pepenadores peleaban por un objeto.
No hay duda de que dentro del cementerio el panorama no es el mismo que lo circunda.
Personas ebrias en calles cercanas.Un guardia nos recibió y nos envió al parqueo que tiene la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC), en la zona y empezamos a realizar el recorrido.
A pocas horas del día de los difuntos se pudo observar la nula presencia de familiares, solo los vendedores de flores se estaban ubicando en la zona con la esperanza de que el negocio sea positivo para ellos en estas fechas.
Buscan tener ingresos en el Día de los Difuntos
Conversamos con Sonia Moncada, una vendedora de flores originaria de Valle de Ángeles, que estaba ubicada junto a otras mujeres que también se dedican al mismo oficio.
“Le voy a contar que los días buenos son el 1 y 2 de noviembre, nosotros nos venimos desde hoy porque tenemos que estar ubicados esperando que vengan personas y nos compren por mayor”, contó Moncada.
Agregó que “acá estamos siempre listas para vender, estos días sin duda son muy buenos, hay bastante movimiento.
Las vendedoras de flores hacen dos tipos de negociaciones, ventas por mayor o menudeado.
Las vendedoras se preparan para el Día de los Difuntos.
Sonia Moncada explicó que por ejemplo tienen coronas de todo tipo porque esas son las que más se venden y ellas las dan por precio mayorista.
“Les pedimos 200 lempiras por la docena de coronas, cobramos así porque el ciprés es caro. Cuando vendemos por menudeado las damos por 25 o 30 lempiras”, explicó.
Añadió con ilusión “a ver cómo está en estas fechas porque lastimosamente el día de los muertos cae día de semana (jueves). Esperamos que vengan y nos compren”.
Abandonado por familiares
En el momento que hicimos el recorrido en el Cementerio General, pudimos observar que pocas personas se hacen cargo de las tumbas y nichos, solo un albañil se pudo observar a lo largo reparando con cemento, que no quiso dar detalles del trabajo que estaba realizando.
Lo que si pudimos observar es mucha seguridad, militares y policías ubicados en distintos puntos del cementerio y presencia de empleados de la Alcaldía Municipal que estaban afinando detalles para recibir a los familiares de los difuntos.
Conversamos con la administradora del Cementerio General, Lesly Martínez, quién tiene 16 años trabajando en el lugar y que reconoció hace un tiempo tenían que esconderse en los baños por el temor de los delincuentes.
Martínez cuenta que ahora eso ya no existe, que tienen una mejor logística que les permite recibir a los familiares con seguridad.
“Se acerca el Día de los Difuntos, estamos listos para esperar a todas las personas que tengan el deseo de visitar a sus familiares, tenemos mucha seguridad y los vamos a atender a los visitantes con café, agua y bocadillos”, contó Martínez.
Siguió diciendo que “el Cementerio General se ha declarado patrimonio nacional y ya está cerrado, acá solo hay algunos espacios para personas que tienen los terrenos”.
La administradora del Cementerio General contó que están sepultados al menos 11 expresidentes, así como personas que han marcado la historia del país.
“Desde 1875 aproximadamente comenzó a funcionar, su vida útil terminó y solo se le da mantenimiento porque es un área histórica” dijo.
Así luce la capilla de la iglesia católica en el interior del Cementerio General.
“A las personas que tienen algún temor les digo que acá hay mucha seguridad, nosotros estamos en la oficina administrativa para atenderlos y no solo el día de los difuntos”, expresó.
Añadió que “antes había peligro, pero tenemos más de dos años que ha mejorado y día a día el Cementerio General se convertirá en algo bonito, avizoró, satisfecha de su trabajo.
Entre los objetivos de las autoridades esta el restaurar la capilla de la Iglesia Católica, la cual fue habilitada en 1935. En el momento que ingresamos pudimos observar madera caída y asientos destrozados, pero con un altar totalmente cuidado.
La administradora del Cementerio General también compartió sobre las anécdotas que revelan que asustan en el lugar en horas de la tarde y noche.
“Tengo 16 años de trabajar y nunca he visto nada anormal, pero cuentan sus historias que dan temor, algunos dicen que hay un palo que le dicen el embrujado porque les ha salido un duende”, compartió, haciendo gala de las leyendas populares que mezclan las tradiciones con lo religioso.
El terreno del Cementerio General comprende una extensión de 35 manzanas, en marzo de 1995 el Congreso Nacional lo decretó como «Patrimonio Histórico Nacional» dejándose de vender lotes y ordenándose su protección y cuidado.
La tumba del expresidente de Tiburcio Carías Andino.
Personajes
El cementerio cobija en sus mausoleos los restos de los expresidentes como Policarpo Bonilla, quien gobernó en el periodo 1885-1889 y falleció en 1926; Vicente Mejía Colindres quien gobernó en el periodo 1929-1933 y murió en 1966.
También está sepultado el general Tiburcio Carías Andino, quién estuvo en el poder desde 1933 hasta 1949 y falleció en 1969.
Uno de los primeros monumentos fúnebres más hermosos en el cementerio fue el construido por don Santos Soto para la reconocida familia Soto. Elaborado en piedra pura.
También la colonia china realizó en el camposanto general obras especiales para honrar a sus muertos. Es así que allí descansan patriarcas de los Yu-Shan, Quan, León, Waiming y Yu-Way, entre otras reconocidas familias que emigraron de China para hacer de Tegucigalpa su casa.
Poetas ilustres como Ramón Rosa, descansan en el cementerio general al igual que Juan Ramón Molina y literatos y periodistas como Paulino Valladares, Marcos Carias Reyes, Augusto C. Coello, Julián López Pineda.
Otros ex gobernantes como Miguel R Dávila (1907-1911), Alberto Membreño (1915-1916), Rafael López Gutiérrez (1920-1924), Julio Lozano Diaz (1954-1956) y Ramón Ernesto Cruz (1971-1972) también descansan allí.