Un equipo de científicos españoles ha constatado que un gen considerado desde hace décadas como promotor de tumores, el gen Plk1, puede ejercer también la función contraria, la de frenar el desarrollo del cáncer.
Los resultados se acaban de publicar en la revista Nature Communications, en un artículo firmado por científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y del Centro Alemán de Investigación del Cáncer.
Los autores apuntan que el papel de Plk1 como diana de potenciales fármacos debe ahora ser revisado puesto que, en función del tipo de tumor a tratar, podría interesar inhibirlo o no.
Según una nota de prensa del CNIO, los investigadores han descubierto que la expresión de Plk1 en tumores de mama puede determinar diferentes pronósticos, dependiendo del subtipo de tumor.
El gen Plk1 es esencial para la división y proliferación de las células tumorales y se sabe hace años que este está sobreexpresado en una gran variedad de tipos tumorales, y en ocasiones esta sobreexpresión se asocia a un mal pronóstico (cuando un gen se sobreexpresa, en la célula hay un exceso de la proteína producto de ese gen).
Por esta razón, Plk1 es desde hace décadas considerado un oncogén, un gen que promueve el desarrollo de tumores.
Plk1 es además una diana terapéutica, ya que al inhibir su actividad se induce la muerte de células tumorales; de hecho, ya hay inhibidores de Plk1 en fases clínicas avanzadas.
Hasta ahora, una deducción
Sin embargo, y aunque pueda parecer curioso, la naturaleza oncogénica de Plk1 hasta ahora era solo una deducción, hecha a partir de que cumple dos propiedades típicas de un oncogén: que está sobreexpresado en tumores y que inhibiéndolo se evita el crecimiento tumoral.
Por tanto, esta naturaleza oncogénica nunca había sido demostrada formalmente, añade el CNIO: es decir, hasta ahora no había sido diseñado un experimento para demostrar que, en efecto, la sobreexpresión de Plk1 contribuye al desarrollo tumoral.

Ese era el objetivo inicial de los investigadores al comienzo de este trabajo, para lo que modificaron el genoma de un ratón de forma tal que en estos animales fuera posible sobreexpresar el gen Plk1 a voluntad.
Lo primero que observaron fue que estos animales no desarrollaban más tumores que los ratones normales.
Entonces cruzaron sus ratones con otros que expresan en su tejido mamario los oncogenes H-Ras o Her2, y que por ello desarrollan tumores de mama muy agresivos. Ellos esperaban una incidencia aún mayor de cáncer, pero el resultado no fue el esperado: al sobreexpresar Plk1 conjuntamente con los oncogenes, la incidencia de tumores se redujo drásticamente.
“Ahí fue cuando nos dimos cuenta de que pasaba algo importante”, detalla Guillermo de Cárcer, del CNIO, quien concluye: “hemos comprobado que Plk1 no solo no actúa como un oncogén, sino que sorprendentemente lo hace como un supresor tumoral”.
Los investigadores consultaron las bases de datos de cáncer de mama, en busca de una relación entre la expresión de Plk1 y el pronóstico de las pacientes. Así, han confirmado que “la expresión de Plk1 puede resultar en un pronóstico muy distinto dependiendo del subtipo tumoral”, prosigue de Cárcer.
¿En tela de juicio las estrategias de inhibición?
Si bien el que este gen actúe como supresor tumoral puede poner en “tela de juicio” las estrategias basadas en la inhibición de Plk1, Marcos Malumbres, jefe del Grupo de División Celular y Cáncer del CNIO y también coordinador del trabajo, confía en que la inhibición de Plk1 “es aún una opción válida y útil”.
“Que Plk1 sea un supresor tumoral en lugar de un oncogén no implica que los inhibidores Plk1 no sean efectivos contra el cáncer”, describe Malumbres. EFE