spot_img

Cuenta regresiva para la democracia: Llega Navidad sin declaratoria

Tegucigalpa- Honduras vive una de las esperas electorales más tensas de su historia reciente. El Consejo Nacional Electoral (CNE) continúa con el escrutinio especial, pero el proceso avanza a cuentagotas, mientras crece la agonía en la clase política y se profundiza el desencanto del pueblo hondureño, atrapado en un embrollo institucional que ya le robó la Navidad y mantiene en suspenso la certeza democrática.

La ley es clara: la declaratoria oficial del ganador debe emitirse, como máximo, el 30 de noviembre. Sin embargo, el ritmo actual del escrutinio especial, las impugnaciones y la negativa a aceptar los resultados de algunos sectores políticos y de autoridades en el poder como el presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, abre un escenario preocupante: que el tiempo legal se agote sin un resultado proclamado, con consecuencias impredecibles para la estabilidad política y la credibilidad del proceso electoral.

Una contienda cerrada, una tendencia estable

La diferencia entre Nasry Asfura y Salvador Nasralla se mantiene estrecha, pero la tendencia no ha variado luego del avance del escrutinio especial: el candidato nacionalista continúa a la cabeza de la contienda. Y al finalizar el escrutinio especial se espera formalmente al ganador, ya que los especialistas en materia electoral aclaran que este proceso era un punto clave, pero no reabre elecciones ni redefine el voto ciudadano.

“El escrutinio especial no es una segunda elección; es únicamente la confirmación de lo que el pueblo expresó en las urnas el 30 de noviembre”, advierten analistas, quienes coinciden en que retrasar el cierre del conteo y dejar actas en cero, solo debilita la certeza democrática y alimenta la desconfianza.

LEER: Pleno del CNE deniega impugnaciones del nivel presidencial, se abre camino a la declaratoria

Ayer martes por la noche el pleno del CNE aprobó por mayoría, , denegar las impugnaciones del nivel presidencial tal y como lo recomendó el informe técnico de la Secretaría del máximo organismo electoral.

La aprobación de las consejeras abre el camino para que en cualquier momento se haga la declaratoria presidencial de las elecciones realizadas el 30 de noviembre del 2025.

No obstante, la expectativa sigue y tentativamente este 24 podría realizarse la convocatoria.

Actas en cero: una alarma institucional

Uno de los focos de mayor preocupación son las llamadas “actas en cero”. De confirmarse sin sustento jurídico, implicarían que en decenas de centros de votación no hubo elección, un escenario extremo que podría impactar directamente en los resultados finales.

Politólogos recuerdan que el artículo 296 de la Ley Electoral no faculta a las juntas especiales de revisión a anular actas ni a dejarlas en cero. Esa atribución corresponde exclusivamente al pleno de consejeros del CNE. Cualquier decisión contraria, advierten, podría abrir la puerta a impugnaciones legales.

Proceso entrampado

Cuando inició el escrutinio especial, el CNE ya había transmitido y divulgado el 99.40 % de los datos. De un total de 19,167 actas, 19,052 estaban digitalizadas: 16,279 actas correctas y certificadas, y 2,772 con inconsistencias.

Para atender estas actas, se habilitaron 150 mesas de recuento, trabajando en turnos de 12 horas —de 7:00 a.m. a 7:00 p.m. y de 7:00 p.m. a 7:00 a.m.—, lo que obligó a cada partido político a acreditar alrededor de 300 representantes para cubrir ambos turnos. Aun así, el proceso ha estado marcado por retrasos, acusaciones cruzadas entre los partidos Nacional y Liberal, y ahora incluso por serias fracturas internas dentro del Partido Liberal.

“Pudo haberse terminado en dos días”

La consejera Cossette López fue más allá al señalar que, con el ritmo aplicado en procesos anteriores, el escrutinio especial pudo haberse concluido en apenas dos días. “En primarias, con un promedio de 35 a 45 minutos por acta, esto ya estaría listo”, afirmó, al tiempo que denunció que durante este paso actualmente existe una consigna de sacar apenas un acta presidencial por mesa al día, llegando a tardar hasta nueve horas en una sola.

Según López, la declaratoria presidencial ya estaría lista de no ser por las acciones de los representantes de los partidos políticos dentro del Centro Logístico Electoral (CLE). “El CNE no hace el escrutinio especial; lo hacen los partidos. Y el desgaste es enorme”, expresó, subrayando la contradicción entre el respaldo internacional al órgano electoral y las narrativas internas que lo responsabilizan del atraso.

Un escenario de alto riesgo político

El riesgo de que el proceso siga retrasándose es inminente, especialmente ante declaraciones como las del consejero Marlon Ochoa, quien ha manifestado que no firmará la declaratoria. Sectores políticos advierten que, en un escenario de bloqueo institucional, el principal beneficiado sería Libertad y Refundación (Libre), partido que apenas habría alcanzado alrededor del 20 % de los votos, reflejando —según sus críticos— un rechazo mayoritario en las urnas.

A esto se suma la amenaza del presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, quien ha señalado que la Comisión Permanente del Congreso podría estar facultada para emitir una declaratoria en ausencia de una resolución del CNE. Y en las últimas horas fue más allá al decir que, aunque las consejeras hagan la declaratoria sería invalidada si no se presentan de forma presencial al CNE, y en ese caso la Comisión que él preside tomaría acción para el conteo de la totalidad de las actas.

Para diversos analistas, esta posibilidad solo abonaría a un objetivo político: prolongar el control del poder, socavando los principios democráticos y trasladando la crisis del ámbito electoral al legislativo.

La democracia contra el reloj

Honduras se encuentra, así, ante una cuenta regresiva decisiva. No se trata solo de proclamar un ganador, sino de defender la legalidad, la voluntad popular y la credibilidad del sistema democrático. Cada día de retraso erosiona la confianza ciudadana y acerca al país a un escenario de confrontación institucional.

El 30 de diciembre, no es solo una fecha en el calendario electoral: es el límite que separa la certeza democrática del vacío político. Y el tiempo, inexorable, sigue corriendo.LB

spot_img
spot_img
spot_img

Noticias recientes

spot_img
spot_imgspot_img