Madrid – España cumple ya un mes con todas sus aves de corral de cría al aire libre confinadas para resguardarse del virus de la gripe aviar que ha llevado al sacrificio de más de 2,5 millones de animales, mayormente ponedoras, y que ha impactado en el precio del huevo, que se ha anotado una subida del 6,8 % en noviembre.
La mesa sectorial avícola de puesta y carne lo reconoció este semana, cuando indicó que el impacto de la enfermedad «ha condicionado el censo de gallinas ponedoras y ha tenido un efecto significativo en la evolución del precio del huevo, que se sitúa en niveles un 30 % superior al año 2024».
Mientras tanto, las gallinas siguen confinadas y a resguardo porque la circulación del virus en aves silvestres es relevante, como demuestran los focos que se declaran semanalmente en distintos puntos del país.
Ese confinamiento está haciendo su efecto porque hace ya un mes y medio que el país no declara brotes en explotaciones, lo cual le acerca a la consecución del estatus de libre de influenza aviar con los beneficios que ello conlleva para el comercio exterior.
Desde que se declaró el primer brote en una granja de Badajoz (suroeste) a mediados de julio pasado, hay bloqueados cerca de 80 certificados sanitarios de exportación por unos 40 países y se han producido distintos brotes que han obligado a sacrificar 2,5 millones de aves.
Antes de la detección de ese primer foco, el país había conseguido mantener las explotaciones libres de gripe aviar de alta patogenicidad durante dos años y medio.
A esta situación se añade la de la peste porcina africana (PPA), detectada hace dos semanas en Barcelona (noreste) después de que no se notificasen casos en el país durante 31 años, que ha provocado el bloqueo de más de un centenar de certificados sanitarios de exportación de cerca de 40 países.
A pesar de que el sector porcino español ha salvado por ahora el mayor flujo de exportaciones, este nuevo brote ha reactivado la preocupación ante el riesgo que supone la enfermedad, que no afecta a las personas pero sí tiene un pronóstico muy negativo para los animales infectados. EFE







