Tegucigalpa – La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH) mostró hoy su preocupación por los ataque a la prensa en Honduras.
Honduras es uno de los países más peligrosos para el ejercicio de la labor periodística, concluyen diversos rankings.
Sin embargo, una creciente polarización de la sociedad hondureña ha provocado que la prensa sea víctima de ataques por parte de activistas partidarios.
A continuación Proceso Digital reproduce el comunicado de OACNUDH:
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH) expresa su preocupación ante los recientes señalamientos, agresiones y otros incidentes que afectan el ejercicio del periodismo en el país.
La Oficina recuerda que la libertad de expresión, consagrada en el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, constituye un elemento esencial para la consolidación de sociedades democráticas, participativas y plurales. En ese marco, el ejercicio del periodismo en condiciones de libertad, seguridad y no discriminación es indispensable para garantizar el acceso a información verificada, fomentar la transparencia institucional y fortalecer el escrutinio público.
Los Estados tienen la obligación de garantizar, promover y proteger el derecho a la libertad de opinión y de expresión. Las declaraciones estigmatizantes frente a opiniones críticas o divergentes no solamente van en contravía de estas obligaciones, sino que restringen y limitan la libertad de opinión, elemento básico en una democracia.
El cierre del espacio cívico se configura cuando se restringen de manera sistemática las voces disidentes o críticas, se promueve la estigmatización de actores sociales y se generan obstáculos al ejercicio de derechos interdependientes como la libertad de reunión, asociación, pensamiento, conciencia y religión o creencias, todos ellos reconocidos por el derecho internacional de los derechos humanos como pilares de una sociedad abierta.
Los Estados no solo tienen el deber de proteger y garantizar la libertad de expresión, sino también la obligación de abstenerse de cualquier acto que pueda limitarla, desacreditar a quienes la ejercen o generar un ambiente hostil para el debate público.
OACNUDH rearma su solidaridad con todas las personas que enfrentan censura, autocensura, amenazas, ataques u otras formas de represalia por ejercer su derecho a la libertad de expresión. Asimismo, insta a las instituciones del Estado a adoptar medidas eficaces para prevenir, proteger, investigar y sancionar toda afectación contra quienes ejercen esta labor, en estricto apego a los estándares internacionales de derechos humanos. (RO)