Tegucigalpa – Noviembre tiene una peculiaridad especial porque comienza el mes con dos días propicios para recordar a los que se fueron de este mundo, un hecho considerado por la Iglesia Católica como la oportunidad de ejercer un tributo a la resurrección.
El 1 de noviembre se conmemora el Día de los Santos (niños), mientras que hoy domingo 2 está destinado para coronar, llevar ofrendas, serenatas y hasta comida a los mayores que ya pasaron a mejor viva.
Miles de hondureños concurren este día a los cementerios para honrar a sus muertos en el denominado Día de Difuntos, ocasión que también es propicia para que vendedores de flores y jornaleros obtengan un ingreso extra para sus raquíticas economías.
Las visitas a los camposantos comenzaron desde el sábado, cuando muchas personas aprovecharon que aún no había aglomeración para ir a rezar por sus seres queridos, depositar flores, coronas y otros recuerdos en sus sepulcros, aunque algunos optaron por disfrutar el “Feriado Familiar” otorgado por el gobierno y en cambio viajaron a diferentes lugares haciendo turismo interno. Se estima que se movilizaron 1 millón de personas bajo estas circunstancias.
Sin embargo, la venta de flores y coronas, al igual que la limpieza de tumbas, son algunas actividades que en esta fecha predominan en los cementerios hondureños, donde se ofrecen ramos de flores, coronas y otros adornos naturales o artificiales para las sepulturas, así como agua, golosinas y comida para los “vivos”.
Las autoridades municipales del Distrito Central, realizaron limpieza en los diferentes cementerios por parte de sus cuadrillas de aseo; además ofrecieron seguridad y hasta café con pan para quienes visitan las tumbas de sus seres queridos, confirmó la gerente de Turismo de la Corporación Municipal de Tegucigalpa, Anny Zacapa.
Como no ocurre durante el año, los cementerios lucen atestados de personas y ofrecen su mejor cara para quienes los visitan.
En el caso de los cementerios legendarios de Comayagüela: Sipile y General, siguen siendo importantes sitios históricos en la ciudad, aunque se estima que con el paso de los años los mismos han perdido el encanto por la inseguridad y descuido que han sufrido.
Tradición importante
A criterio del vicario de la Catedral Metropolitana, padre Carlos Rubio, la celebración del Día de Difuntos, es una fecha “especial para la madre iglesia”.
“Celebrar a los difuntos es celebrarle a la resurrección de la muerte”, mencionó el líder católico al señalar que en estas fechas la población brinda muestras de cariño a los seres querido llevando flores, con eucaristías y las oraciones que ofrece cada familiar de los que ya no están.
“Son fiestas importantes y tienen una tradición muy antigua dentro de la iglesia”, destacó el líder católico.
Según Rubio, el “Feriado Familiar”, va a favorecer para que las personas vayan a sus pueblos de origen donde están enterrados muchos deudos y seres queridos.
En tanto, a juicio del padre Ricardo Sevilla de la Iglesia El Calvario de Comayagüela, las fechas del 1 y 2 de noviembre sirven “para motivar y contrarrestar las fiestas paganas, que se han convertido más que todo, en fiestas comerciales”.
Añadió que estas dos fechas, “tienen que ser un día de recogimiento espiritual y regocijo con Dios”.
Fusina también presente en cementerios
En conmemoración de esta fecha, las autoridades hondureñas anunciaron fuertes operativos en los diferentes cementerios para que los hondureños visiten a sus muertos.
El portavoz de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), Santos Nolasco, llamó a la población para que asista a los camposantos, los cuales estarán resguardados por personal de seguridad, por lo que podrán asistir a coronar a sus deudos sin ningún tipo de problemas.
El oficial pidió a quienes observe irregularidades en los cementerios que hagan las respectivas denuncias al 911, aunque señalo que habrá seguridad en estos sitios, principalmente en cementerios como El General y Divino Paraíso, lo que representan de mayor riesgo por la presencia de malvivientes.
De esta forma, los hondureños acuden a los cementerios para seguir en contacto con los que partieron de este mundo y con la esperanza que la muerte no los alcancen pronto en un país donde se registran 15 decesos violentos cada día.
