Tegucigalpa – La Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica de Honduras, se pronunció este miércoles para demandar solidaridad por los graves daños que está dejando en el país el fenómeno tropical Eta, que ya deja múltiples daños materiales y cobra la vida de ocho personas.
«Nuestro auxilio está en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra», (Salmo 124, 8) indica inicialmente el amplio documento emitido por los Obispos de Honduras.
En ese sentido, la Iglesia Católica, exhorta a la población a que no se arriesguen y sigan las instrucciones de las autoridades gubernamentales, a fin de evitar todo tipo de desgracias.
Además, agrega que, en medio de esta emergencia meteorológica, no olvidar el COVID, ya que sigue presente todavía, y el riesgo de contagio es muy alto. “En la medida de lo posible, tengamos el cuidado necesario para cumplir las disposiciones básicas de bioseguridad”, señala.
Los obispos agradecen a los Párrocos por su solicitud pastoral por las comunidades y les pide que en estas circunstancias incrementen su diligencia, juntamente con los equipos de pastoral social, para conocer los desastres que el huracán está produciendo en sus parroquias.
“Dios Creador y Padre nuestro, te pedimos que calmes el viento y las aguas del huracán Eta y que protejas de todo daño a los que se encuentran en su paso”, reza el comunicado en uno de sus párrafos.
Consecuentemente dice “ayuda a los que están en su trayectoria para que alcancen la seguridad. Abre nuestros corazones para ser más generosos con todos los que necesitarán ayuda y asistencia en los próximos días”.
A continuación, Proceso Digital reproduce el pronunciamiento integro de la Conferencia Episcopal:
Queridos Hermanos:
En nuestra calidad de Pastores de la grey a nosotros confiada por el Señor, los Obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras (C.E.H.), nos dirigimos a todos ustedes, comunidades católicas y ciudadanía en general, expresándoles nuestra comunión y cercanía espiritual en estos momentos de sufrimiento y preocupación, debido a los graves daños causados por el huracán Eta en la naturaleza, en las estructuras viales y habitacionales, así como los daños causados en las personas, especialmente en aquellas que han debido dejar su vivienda y ser recogidas en albergues.
Las experiencias vividas en el pasado, en acontecimientos similares, nos enseñan que nunca estarán de más todos los cuidados y atenciones que pongamos para garantizar nuestra seguridad y preservar nuestras vidas y la de nuestros seres queridos. Por eso, exhortamos a la población a que no se arriesguen y sigamos las instrucciones de las autoridades, a fin de evitar todo tipo de desgracias.
Agradecemos a los Párrocos su solicitud pastoral por las comunidades y les pedimos que en estas circunstancias incrementen su diligencia, juntamente con los equipos de pastoral social, para conocer los desastres que el huracán está produciendo en su parroquia.
Será conveniente organizar las formas de ayuda Populla memoria ante las necesidades más apremiantes, juntamente con las autoridades locales, y coordinar estas actividades en el ámbito diocesano.
Hermanos, estamos orando por todos ustedes e invitamos a las comunidades y a las familias a orar intensa y confiadamente a Dios, diciendo juntos esta oración: Dios del Universo, en los albores de la creación, tu Espíritu aleteaba sobre la superficie de las aguas, haciéndolas fuente de toda santidad. Tú creaste los océanos y los ríos, y todo lo que habita en ellos, y, según tu palabra, el viento y las olas nacieron.
Las temporadas siguen tu plan y, bajo tu mando, las mareas suben y bajan. Tanto en la calma como en tormenta, Tú estás con nosotros. En el mar de Galilea, aun cuando los discípulos comenzaron a temer, Jesús mostró que Él era Señor de las aguas al reprender las tormentas, para que todos sepan que el viento y las olas le obedecen.
Dios Creador y Padre nuestro, te pedimos que calmes el viento y las aguas del huracán Eta y que protejas de todo daño a los que se encuentran en su paso.
Ayuda a los que están en su trayectoria para que alcancen la seguridad. Abre nuestros corazones para ser más generosos con todos los que necesitarán ayuda y asistencia en los próximos días.
Señor, en todas las cosas y en todos los tiempos ayúdanos a recordar que incluso cuando la vida parece oscura y tormentosa, Tú estás en el barco con nosotros guiándonos hacia la seguridad. Amén. JP