«Hoy ya podemos confirmar con certeza, con seguridad (…) lo que sospechábamos» de EE.UU., afirmó al subrayar que «todas las acciones que está tomando (el presidente actual, Porfirio) Lobo y (las que tomó) el Gobierno de facto de la dictadura de (Roberto) Micheletti favorecen a las transnacionales norteamericanas».
Hizo un llamamiento a las autoridades estadounidenses sobre que «los intereses comerciales en el mundo tienen un valor importante pero no superlativo sobre los seres humanos» y que «no deben de dedicarse a defender la corrupción de sus propias empresas transnacionales».
Consideró que el Gobierno de Lobo, del Partido Nacional y que asumió el poder el 27 de enero último, tras ganar las elecciones del 29 de noviembre de 2009, «está plegado totalmente a los intereses norteamericanos, está entregando la nación a los intereses comerciales de las transnacionales norteamericanas».
Denunció que Lobo «ha integrado a los golpistas» en su Gobierno y que las declaraciones de la comunidad internacional en busca de restaurar el orden democrático en su país «han sido violadas por Micheletti» que asumió el poder tras el golpe de Estado y «sostenidas» con Lobo.
«En Honduras hay una tragedia, hay un estado de excepción muy crítico para todo el pueblo, hay persecución política», añadió y señaló que, mientras tanto, «los que dieron el golpe de Estado están en la televisión, en la radio, en los periódicos, defendiendo el principio de la intervención».
A su juicio, las elecciones que culminaron con la elección de Lobo se realizaron «bajo represión», sin embargo, muchos países las «llamaron elecciones libres, justas».
«Es necesario que hoy que se cumple un año de esta tragedia (…) América Latina debemos unirnos por el principio de que golpes de Estado nunca jamás, debemos de unirnos para fortalecer la democracia, seguir creyendo en ella, pero nunca más volver a la violencia y mucho menos al militarismo», agregó.
