“Vamos a tomar una decisión que debió haberse tomado hace años en Honduras y que es muy importante, a 40 minutos de Tegucigalpa está la base aérea de Palmerola, que tiene la mejor pista de Centroamérica; nosotros tenemos un convenio con el gobierno de Estados Unidos para usar esa base aérea”, sostuvo Zelaya Rosales a CNN.
Agregó que en una reciente visita a Washington donde se reunió con su homólogo George W. Bush, le manifestó “la necesidad de trasladar el aeropuerto internacional de Tegucigalpa a Palmerola y empezar a compartir esa base aérea”.
Aseguró que el presidente Bush estuvo totalmente de acuerdo con ello y eso lo hizo enfrente de todos sus ministros y de los funcionarios del gobierno. “Coincidimos en que había que empezar la actividad ya”, insistió.
En ese sentido, Zelaya, apuntó que el Fondo de la Cuenta del Milenio, que financia el gobierno de Estados Unidos, aprobó una cantidad importante de recursos para licitar la autopista de cuatro vías que se construirá entre Tegucigalpa y Palmerola.
“Inmediatamente trataremos de ordenar que los aviones de mayor tamaño empiecen a utilizar la base de Palmerola a partir de la próxima semana; y el aeropuerto de Toncontin para los aviones que tengan la menor dimensión”, afirmó.
Con esto se busca “calmar la zozobra que despierta este accidente, en el cual han perdido la vida amigos tan entrañables como el presidente del BCIE, que es un amigo personal de este servidor”.
El Poder Ejecutivo está convocando, en este momento, a los ministros del ramo para tomar una decisión que hace muchos años se debió tomar, pero que ahora se hace urgente por la calamidad que hoy ha sucedido, añadió Zelaya Rosales.
“Se van ha hacer todas las diligencias para que los aviones de gran tamaño que están aterrizando en Toncontin y que enfrentan situaciones difíciles, no por su ubicación, sino que por el tamaño de la pista (debido) a que Tegucigalpa está ubicada en una cuenca, la aproximación se hace con pilotos con mucha pericia”.
La base militar de Palmerola es ocupada por militares estadounidenses desde la década de los ochenta, cuando construida bajo un convenio suscrito por las autoridades norteamericanas con el entonces presidente Roberto Suazo Córdova.
