Tegucigalpa – La historia de Yalitza Aparicio, nominada al premio Óscar como mejor actriz interpretando a “Cleo”, una trabajadora del hogar de origen mixteco que labora para una familia de clase media en la Ciudad de México en los inicios de 1970, tan solo retrata la situación que hoy -casi medio siglo después- viven miles de empleadas domésticas hondureñas y en general latinoamericanas que reclaman mejores condiciones de trabajo y leyes que las protejan.
– En la Cámara hondureña se discute la Ley de Servicio Doméstico, la que ya fue dictaminada, pero duerme el sueño de los justos.
– En Honduras no existe un registro oficial sobre la cantidad de mujeres que desempeñan el servicio doméstico. Para el caso en México se calcula hay 2.3 millones de trabajadoras, de las cuales, el 90 % son mujeres indígenas que se han movido de zonas rurales.
Las empleadas domésticas hondureñas no se escapan a la realidad que planteó el director cinematográfico Alfonso Cuarón en su película Roma, con 10 nominaciones a los premios Óscar que tendrán lugar el 24 de febrero en Hollywood.
(i-d) La actriz Marina de Tavira, el director Alfonso Cuarón y las actrices Yalitza Aparicio y Nancy Garcia posan durante la presentación de la película «Roma». EFE/Archivo
Aunque la historia se desprende de Hollywood, la realidad sigue estando casi intacta para las empleadas domésticas que reclaman por los interminables abusos, maltratos, discriminación y humillación a las que son expuestas.
Sobre el impacto que ha tenido Roma en la discusión sobre los derechos laborales en México, Yalitza Aparicio afirmó a medios de prensa aztecas que “espero que se den cuenta de muchas necesidades que faltan, hay derechos que las trabajadores del hogar se merecen como cualquier otro trabajador; jornadas laborales adecuadas, un salario adecuado y que ojalá se trabaje con eso, que realmente la película sirva tanto para empleadores como las personas encargadas de aprobar leyes, y se den cuenta que es necesario darle estos derechos a las trabajadoras”.
Aparicio remarcó: “Creo que esta película va a servir para que la gente nos valore hoy y vea que merecemos los mismos derechos que el resto de los trabajadores”.
La joven de 26 años, oriunda de Oaxaca, México, aceptó el reto de interpretar a Cleo, la protagonista de la película Roma. Su papel es un homenaje -según ella- a esas trabajadoras domésticas que la sociedad nunca mira.
En el país ya se necesita una ley que haga valer los derechos de este empleo.
Historia de doméstica hondureña
En conversación con Proceso Digital, Dominga Banegas, empleada doméstica contó las vicisitudes que les toca enfrentar en el desempeño de sus funciones. “Yo trabajé 20 años como empleada doméstica, recuerdo que tenía como unos 30 años, era madre soltera y pues tenía esa necesidad por sacar adelante mis hijos (3), la mayoría de mujeres que trabajamos en casas es porque somos madres solteras”, dijo.
Su primer sueldo como empleada doméstica, fue de 2 mil 500 lempiras en 1999, desde entonces, no sabe lo que es tener un período de vacaciones, porque en esta sacrificada labor “nadie da días libres, ese no es un derecho para nosotras”, lamentó.
Datos en poder del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), establecen que el 67 % de las trabajadoras domésticas reportan exceso de trabajo y bajos salarios.
Asimismo, el mismo informe da cuenta que el 40 % de las consultadas reportan abusos, el 43 % descuido de la familia, 36 % denunciaron falta de derechos laborales y 30 % aseguraron no tener la oportunidad de estudiar.
Cuando a uno lo contratan le ofrecen un salario y un horario, pero eso al final no es verdad, porque uno termina trabajando mucho más de la cuenta, a veces más de 14 horas y por el mismo sueldo, no es un trabajo fácil porque de alguna manera hay que cumplirle a la familia, siempre hay trabajo extra en las casas, citó doña Dominga.
A criterio de doña “Minga” la empleadas domésticas siguen siendo escasas en el país, “porque las familias para las que se tiene que trabajar son muy exigentes”, ya que se tiene que ser impecable para poder mantener el trabajo. “Por ejemplo en mi último empleo trabajé ocho años, ellos siguen buscando trabajadora porque no es fácil satisfacerle”.
Las empleadas domésticas siguen siendo escasas en el país, “porque las familias para las que se tiene que trabajar son muy exigentes” según testimonio.
Cuando les va bien ganan L. 6 mil
A una empleada doméstica en Honduras le ofrecen seguro médico, siempre se paga y nunca se usa, porque no hay días libres, “porque para los patrones ese es un día perdido” y en afortunadas ocasiones si se les da décimo tercer y cuarto mes. En colonias moderadas los sueldos andan por 4 mil lempiras ya en residenciales es de 6 mil, contó la entrevistada.
Una de las desventajas en este trabajo es que “hay personas que no nos respetan, son pensados cuando necesitan, elevan la voz, lo miran de menos. En uno de mis trabajos mis patrones eran muy educados pero el problema era que sus nietos todo lo contrario”.
A la par, un informe elaborado en el departamento de Cortés por el Centro de Estudios de la Mujer Honduras (CEM-H), retrató que el 43 % de las empleadas domésticas remuneradas eran menores de edad.
El mismo documento dio cuenta que el 36 % recibían violencia por parte de sus patrones, el 21 % de parte de sus patronas y el 17 % de parte de los familiares de los patrones.
En el país ya se necesita una ley que haga valer los derechos de este empleo.
Jefes de todo tipo
La señora Banegas relató que a veces un pequeño error, uno se gana reproches como “que tonta”, son cosas que a uno no le gustan, pero con el tiempo uno debe aprender a saber manejar ese tipo de situaciones, porque eso le ayuda a uno para conservar el trabajo y para encontrar otro si lo ocupa. Todo depende de sí mismo, aunque no todos los jefes son iguales, hay unos que se portan bien.
En esta labor uno necesita seriedad, formalidad, honestidad, responsabilidad y tener vocación de servicio, se necesita hacer las cosas con amor, aunque a veces no nos pagan con la misma moneda, pero la honradez es vital y fundamental. En este trabajo hay muchas limitantes que no permiten que tengamos aspiraciones.
En el país ya se necesita una ley que haga valer los derechos de este empleo, hay razones de sobras para ello, en primer lugar las horas de trabajo, lo que pasa es que uno duerme en las casas de ellos y eso matricularse con horario indefinido para trabajar, la dormida es el enganche que ellos utilizan para imponer sus horarios laborales.
“Todos ocupamos un trabajo y no debería haber sacrificios para poderlo desarrollar, yo creo que si en las familias que ocupan una empleada doméstica practicaran más el respeto, esta no sería labor tan difícil, porque lo que complica es el ambiente en que se tiene que laborar. Todos somos iguales y nos necesitamos unos a otros”, concluyó.
En el Congreso hondureño ya se encuentra la Ley del Trabajo Doméstico.
Ley a la espera de aprobación
En el Congreso hondureño ya se encuentra la Ley del Trabajo Doméstico, iniciativa que fue dictaminada favorablemente luego de ser consensuada con diversos sectores de la sociedad.
La normativa consta de 46 artículos, de los que apenas se han leído ocho en primer debate.
La diputada Sara Medina dijo que no se explica por qué en la Cámara no le dan celeridad a estas leyes que benefician a sectores desposeídos de la población.
“Tenemos problemas porque no nos pasan las iniciativas que la Comisión de Equidad de Género ha dictaminado”, criticó.
“No veo que existan mayores problemas en la Cámara, lo que creo es que hay poco interés. Hemos estamos presionando con este tema de la Ley del Trabajo Doméstico”, expresó.
Medina reconoció que se deben tomar en cuenta factores para garantizar los derechos de las domésticas, así como la contratación de gente de bajos recursos que las requiere. “Le pedimos al Ministerio de Trabajo que elabore una tabla para que, dependiendo de lo que ganan las personas, darles un salario digno que no baje los cuatro mil lempiras”.
Calificó la aprobación de la ley como “un acto de justicia”. Tratamos igual de incluir en la norma a las amas de llave, motoristas, jardineros y personas de confianza, dijo.
La congresista indicó que no tienen un registro actualizado de las empleadas domésticas en el país, sin embargo cuando se apruebe la ley se elaborará un registro que será oficializado por el Ministerio de Trabajo y las empleadas del ramo tendrán su propio carnet.
La norma establece la prohibición para contratar a menores de 16 años y cuando la edad oscile de entre 16 y 18 años se debe tener un permiso autenticado por al Ministerio de Trabajo.
Lo que resalta la ley
La ley que espera ser aprobada en el Congreso hondureño, categoriza a las empleadas domésticas con base a la prestación de sus servicios.
Asimismo, los contratos verbales o por escrito deberán especificar el tipo de trabajo a realizar, la fecha de inicio, remuneración y su periodicidad en los pagos, vacaciones pagadas con sus períodos de descanso diarios y semanales, suministro de alimentos y alojamientos y las condiciones relativas a la terminación de la relación de trabajo, entre otras situaciones.
La norma establece la prohibición para contratar a menores de 16 años y cuando la edad oscile de entre 16 y 18 años se debe tener un permiso autenticado por al Ministerio de Trabajo.
En el caso que las empleadas tengan entre 16 y 18 años, el patrono tiene la obligación de brindar la oportunidad de concluir su escolaridad obligatoria en la jornada que acuerden las partes, y a acceder a la enseñanza superior o a una formación profesional.
La jornada ordinaria de trabajo que no podrá exceder de 10 horas diarias y 55 horas semanales. El descanso semanal de al menos 24 horas consecutivas, por cada seis días de trabajo.
Uno de los mayores beneficios de la ley será que todas las empleadas domésticas tendrán derecho a ser inscritos en el régimen del seguro social de manera obligatoria, previa consulta a la Junta Directiva del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
Se reconoce el derecho de los trabajadores domésticos, a percibir el décimo tercer mes de salario en concepto de aguinaldo y el décimo cuarto mes de salario en concepto de compensación social, mismos que serán equivalentes a un mes de salario o proporcionales cuando el tiempo trabajado sea menor a un año.
También los trabajadores domésticos, gozarán de un período de licencia anual de vacaciones remuneradas, conforme a lo establecido en el Código de Trabajo.
Igualmente, gozarán de licencias por enfermedad, accidentes, embarazos o lactancia.
En los casos de terminación de la relación laboral por cualquier causa, el trabajador doméstico tendrá derecho al pago de bono de antigüedad, equivalente al 50 % del auxilio de cesantía establecido en el Artículo 120 del Código del Trabajo, hasta por un máximo de cinco (5) meses, después de un trabajo continuo mayor de dos años.
A las empleadas domésticas solo se les reconoce el preaviso sin importar los años que tenga de servicio.
Sin registros oficiales
Un inspector de la Secretaría de Trabajo le confió a Proceso Digital que no cuentan con un dato estadístico de cuántas empleadas domésticas existen en el país.
Sin embargo, en las estadísticas oficiales por demandas que llegan a interponer las domésticas se contabilizan 19 casos en el último trimestre de 2018, todos por despido verbal.
De esos 19 casos, solo cuatro fueron conciliados, mientras que 15 se fueron a demanda.
En 2019, solamente en enero se reportan 11 casos, de los cuales tres fueron conciliados y ocho entraron en demanda.
Cuando se habla de conciliación es que ambas partes llegaron y se pusieron de acuerdo. Los casos que se van a demanda es que el patrono no se presenta a la audiencia.
A las empleadas domésticas solo se les reconoce el preaviso sin importar los años que tenga de servicio, la mitad del décimo cuarto, décimo tercer mes de salario, vacaciones y en algunos casos salarios adeudados.
El oficial de Trabajo reconoció que al no tener una normativa vigente que regule al ramo de las empleadas domésticas “poco o nada” se puede hacer para garantizarles sus derechos.