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¿Ya hay ambiente?

Por Yanivis Melissa Izaguirre | Periodista, Honduras

Tegucigalpa, Honduras. El caos malintencionado provocado en el Congreso Nacional, la elección de fiscales interinos por un tiempo indefinido, la caída vertiginosa en las encuestas que miden a la presidenta Xiomara Castro, las denuncias mediáticas desde el Poder Ejecutivo y Legislativo de que la oposición pretende dar «golpes blandos», los llamados de atención frecuentes desde Relaciones Exteriores hacia la embajadora de Estados Unidos, Laura Dogu, la todavía incierta instalación de una Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad, el fracaso en acceder a fondos de la Cuenta del Milenio, entre otros hechos, podría ser el preámbulo estratégico para pensar que ¡ahora sí! hay ambiente político para una Asamblea Nacional Constituyente, como sea, hasta con nueve votos…

Lo anterior sumado a la persecución moral y legal hacia personajes del gobierno pasado que habían sido señalados por delitos contra la administración pública a la vista y paciencia de un binomio de fiscales que se hincaron ante el poder y que ahora, poco a poco, aparecerán con requerimientos fiscales y órdenes de captura que antes se mantenían empolvadas en las gavetas de la impunidad.

Otros nombres (no tan nuevos) se sumarán a la lista de implicados en casos de asquerosa corrupción como la de hospitales móviles y Seguro Social, con la agravante de que ese latrocinio lleva centenares de vidas en sus negras conciencias.

No tenemos seguridad jurídica, tampoco respeto a la ley y aun así hay inconformismo porque la percepción de lucha contra la corrupción es nula; no buscan consensos, solo sobresalen las cabezas calientes que piensan para su propio bien y creen que su partido es la patria.

En el palacio legislativo la fuerza se impone a la razón, si no consiguen los votos recurren a vacíos legales o interpretaciones acomodadas en donde la única supremacía válida es la ambición por concentrar el poder.

Con estos escenarios, cada vez se ve más lejano un pacto social intersectorial patrocinado por una madurez política que hasta ahora no la conocemos.

Y la esperanza de quienes están interesados en que se resuelva el caos está puesto en una Sala de lo Constitucional que está con los ojos más vendados que la diosa Temis.

A punto de culminar el segundo año de gobierno y cuando todo se está saliendo de las manos de los líderes supremos de los tres partidos políticos mayoritarios, se empieza a escuchar el eco de una Constituyente para hacer borrón y cuenta nueva.

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