Entre los resultados de su trabajo, está la puesta en marcha de metodologías pedagógicas de origen japonés como ser el estudio de clase y la clase abierta, entre otros.
“A medida que avanzaba logre ver que los docentes fueron organizando más sus clases y que los alumnos después decían que les encantaba las matemáticas”, comentó Takamasa, quien trabajo en la ciudad de Comayagua, Comayagua.
Tatara, aseguró por su parte que gracias a la dedicación de los docentes de La Esperanza, Intibucá, los “maestros tienen un conocimiento más seguro de las matemáticas”, lo que a su opinión se refleja en “mejores notas de los niños”.
La voluntaria Hiroko Kurebayashi, radicada en el municipio de San Nicolás, Santa Bárbara, aseguró que su mayor logro fue haber puesto en marcha la metodología del estudio de clase entre los maestros de la Escuela Petrona Rodríguez de Bográn.
“Mientras estuve en San Nicolás pude ver que los niños aprenden más con juegos”, señaló la voluntaria, “mientras el maestro quiera trabajar, los niños van aprender”.
Asimismo, la Directora Ejecutiva del INICE, Brenda Lagos, agradeció la labor de los voluntarios al momento que exhortó a los docentes a seguir trabajando duramente por los niños de Honduras.
Por su parte, el coordinador del Programa de Educación de JICA, Tetsuya Takahashi, aseguró que JICA seguirá apoyando los esfuerzos de la secretaría de Educación a través de la cooperación técnica y el envió de voluntarios.
El viceministro de Educación, Juan Carlos Contreras, agradeció el apoyo de los voluntarios japoneses a la educación hondureña.