Lima – El presidente de Perú, Martin Vizcarra, anunció este lunes la disolución «constitucional» del Congreso peruano y llamó a un proceso electoral para elegir a un nuevo Parlamento con el objetivo de poner fin a la crisis política que lo enfrentaba con la oposición dominada por el fujimorismo.
«He decidido disolver el Congreso y llamar a elecciones de congresistas. Esto es un acto constitucional», señaló Vizcarra en un mensaje televisado luego de que el Congreso decidiera votar por la elección del Tribunal Constitucional a pesar de un pedido en contra del Ejecutivo.
El mandatario enfatizó que el cierre del Parlamento que dispuso «está dentro de las facultades contenidas» en la Constitución y que «busca dar un fin a esta etapa de entrampamiento político que ha impedido que Perú crezca al ritmo de sus posibilidades».
Señaló que espera que «esta medida excepcional permita que la ciudadanía finalmente se exprese y defina en las urnas y mediante su participación el futuro de nuestro país».
Vizcarra se dirigió al pueblo peruano para decirle que en su país se «está haciendo historia y este momento lo recordarán las siguientes generaciones».
«Cuando lo hagan espero que recuerden la magnitud de esta lucha, que es contra uno de los males endémicos que tanto daño le ha hecho al Perú y que no le ha permitido crecer como se merece y como nos merecemos todos los peruanos», indicó en referencia a su política de lucha contra la corrupción.
El gobernante aseguró que los peruanos «seguirán encontrando en este presidente a un mandatario profundamente respetuoso de la Constitución y dispuesto siempre a dar la lucha ante la corrupción».
Vizcarra tomó la decisión después de que el Congreso lo desafiara y eligiera a un nuevo miembro del Tribunal Constitucional (TC) sin discutir la cuestión de confianza presentada por el Ejecutivo para intentar detener ese proceso.
La decisión del legislativo, que domina el partido fujimorista Fuerza Popular, se tomó en medio de una jornada caótica, que a primera hora incluyó la presentación del pedido de confianza por el primer ministro, Salvador del Solar, quien poco antes se encontró con las puertas del hemiciclo cerradas.
Vizcarra había adelantado este domingo que si el Congreso no procedía de inmediato con la cuestión de confianza solicitada, o continuaba previamente con el controvertido proceso de elección, el Gobierno actuaría «con la Constitución» y disolvería la cámara.
Sin embargo, a pesar de las protestas de los legisladores de izquierda y liberales, el presidente del Congreso, el empresario Pedro Olaechea, llevó a voto la candidatura para integrar el TC del jurista Gonzalo Ortíz de Zevallos, quien es su primo hermano.
Esta candidatura obtuvo el mínimo de 87 votos exigidos, aunque luego la legisladora izquierdista María Elena Foronda denunció que fue suplantada y su votación apareció como favorable, por lo que anunció que presentará una denuncia ante la Fiscalía.
Tras este proceso, Olaechea anunció que la votación para elegir a los otros magistrados del TC seguiría durante la tarde de este martes, y dedicaría la jornada vespertina de este lunes a discutir y votar la cuestión de confianza.
Precisamente los diputados se encontraban en pleno debate sobre este tema cuando se conoció la decisión del mandatario, lo que generó que la discusión culminara de forma abrupta.
Al poco, un grupo de diputados contrarios a Vizcarra lanzó un proyecto de destitución presidencial por «incapacidad moral permamente».
Congresistas peruanos responden a |
Varias ciudades de Perú se suman a
marchas de apoyo a disolución del Congreso
Lima – La disolución del Congreso peruano anunciada este lunes por el presidente de Perú, Martín Vizcarra, fue recibida con marchas de apoyo en varias ciudades del país, como muestra espontánea de respaldo a la medida del mandatario.
Las primeras movilizaciones de grupos civiles, políticos y juveniles se concentraron en la céntrica Plaza San Martín, en el casco histórico de Lima, y se desplazaron hacia el Palacio Legislativo.
Las banderas nacionales con los colores rojo y blanco, carteles que reclamaban el «cierre del Congreso» y banderolas del partido izquierdista Nuevo Perú eran portados por los manifestantes que saludaron la decisión de Vizcarra.
En tanto, la policía montada y camiones antimotines intentaban impedir el acceso de cientos de manifestantes al Parlamento, que llegaban lanzando el lema «Sí, se pudo».
Por su parte, en la andina ciudad de Arequipa, a 1.030 kilómetros al sur de Lima, diversos grupos políticos, agricultores y pobladores marcharon por el centro de la urbe para celebrar el cierre del Parlamento con carteles que reclamaban que el Legislativo «no nos representa».
De igual forma, la población se movilizó en las ciudades de Cusco, Huancayo, Huaraz, Chimbote, Tacna, Puno y Moquegua, la región natal de Vizcarra que extendió una enorme bandera del Perú en una de sus calles principales para apoyar la medida presidencial.
«Cerraron el Congreso, triunfo popular», gritaban los manifestantes en las calles en Chimbote, al norte de Lima, portando igualmente banderas peruanas.
Vizcarra tomó la decisión después de que el Congreso lo desafiara y eligiera a un nuevo miembro del Tribunal Constitucional (TC) sin discutir la cuestión de confianza presentada por el Ejecutivo para intentar detener ese proceso.
El mandatario afirmó que el cierre del Parlamento que dispuso «está dentro de las facultades contenidas» en la Constitución y que «busca dar un fin a esta etapa de entrampamiento político que ha impedido que Perú crezca al ritmo de sus posibilidades».
Tras el anuncio de Vizcarra, la junta de portavoces del Parlamento discutía la forma de tramitar un pedido de destitución del mandatario, propuesto por la fujimorista Fuerza Popular, por supuesta incapacidad moral permanente.