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Víctor Cruz, el pintor y escultor que sueña con muchas escuelas de Bellas Artes en Honduras

Tegucigalpa (Por Jorge Sierra) – El pintor, escultor y docente por casi tres décadas en la Escuela de Bellas Artes, Víctor Hugo Cruz Flores, sueña que en todas las principales ciudades del país exista una academia de bellas artes para formar miles de artistas que pongan en alto el nombre de Honduras.

– La Escuela Nacional de Bellas Artes atiende a unos 250 alumnos en la capital del país.

– Ha presentado sus obras (pinturas y esculturas) en bienales y exposiciones de artes.

“Si en mis manos estuviera, abriría muchas escuelas de artes y las apoyaría completamente con materiales e insumos para que los padres de familia no tengan que costearse la educación de sus hijos”, inició diciendo.

El artista abrió las puertas de su taller de ideas, donde todos los días derrocha talento marcado por el idilio de pintar sus obras y elaborar esculturas, sin olvidar sus asignaciones académicas para formar decenas de talentos desde las aulas en la Escuela de Bellas Artes.

Llegó al mundo un 18 de enero de 1971 en La Venta de Gualaco, departamento de Olancho, pero a los cuatro años se trasladó a San Francisco de Becerra, donde hizo la educación primaria y el ciclo común.

El docente de la Escuela de Bellas Artes habló con Proceso Digital.

Procreó dos hijos con igual número de matrimonios. Su hija mayor -Clara Isabel- vive con su madre en Francia y el menor de siete años -Víctor Hugo- reside junto a él en la colonia Prados Universitarios de la capital hondureña. Ahí mismo se erige su taller de pintura y escultura.

En plática amena con Proceso Digital y al temor de un fuerte aguacero, el entrevistado contó que sus dotes artísticos los mostró desde que era un niño, ya que le gustaba dibujar, lo hacía seguido y muy bien.

Luego de cursar el ciclo común se desplazó a la capital para pulir sus dotes en la Escuela de Bellas Artes, desde donde egresó de magisterio en Artes Plásticas, carrera que actualmente ya no existe.

Relató que en sus años de estudiante en la Escuela de Bellas Artes, un docente lo cogió como su ayudante porque miró en él muchas habilidades, “así nace mi gusto por la escultura y la desarrolló por un tiempo, pero también poco a poco me doy cuenta de mi otra pasión por la pintura”.

Víctor Hugo Cruz, confesó que igual pasión le provoca pintar un cuadro o hacer una escultura.

Combina su pasión con la pintura y la escultura.

Su pasión por la docencia

Con 28 años de laborar en la Escuela de Bellas Artes, cuestionó que la tecnología ha afectado un poco el gusto y la disciplina de los nuevos artistas. “El que estudia arte debe preocuparse por desarrollar su propia técnica basado en las actitudes académicas y no depender de herramientas tecnológicas que tienden a afectar la creatividad propia”, aseveró.

Cruz encuentra inspiración por las noches.

Mencionó que los que aspiran a estudiar artes deben tener el don artístico, pero también es fundamental que exista disciplina para aprender y poner de manifiesto lo aprendido.

Se ubica en la corriente del realismo en la pintura y lo estilizado en la pintura, ambas ramas artísticas las complementa una con la otra para lograr finalmente sus acabados.

Narró que cuando un artista se forja un nombre puede vender muy bien sus obras para vivir decorosamente. “En mi caso no vivo del arte porque no me dedico a mercadear mis obras, dedicó la mayor parte de mi tiempo a la docencia”.

Sin embargo, relató que entre sus mejores cuadros pueden alcanzar precios de 1 mil y 1 mil 500 dólares (hasta 36 mil lempiras), en obras que le demoran entre 15 y 20 días.

Asimismo, contó que sí se puede vivir del arte y agregó que hay colegas suyos que venden sus cuadros en 5 mil y hasta 10 mil dólares, pero para ello hay que tener un estilo propio y plasmarlo en las obras.

Refirió que muchos compatriotas tienen que traspasar las fronteras para “pulir” su talento y abrirse mercados en el exterior, esto porque no hay apoyo por parte de las autoridades gubernamentales, empresa privada y el propio público.

“A mí criterio debemos ser profetas, primero, en nuestra tierra. Aquí debemos mostrar nuestros trabajos, creo que en otros países es mucho más complicado, aunque hay quienes lo logran a base de mucho esfuerzo”, reflexionó.

Bustos

Su taller está atestado de decenas de pequeñas esculturas o bustos en miniaturas, las que elabora por encargo o simplemente para dar rienda suelta a sus instintos artísticos.

Ha elaborado esculturas de Francisco Morazán, José Trinidad Cabañas, Froylán Turcios, José Cecilio del Valle, Juan Ramón Molina, entre muchas otras, aunque también ha hecho de personas comunes y corrientes como parte de encargos de sus clientes.

A medida avanzaba la plática con Víctor Cruz, más fuerte llovía en la ciudad capital. “Un artista por lo menos debe dedicar ocho horas diarias al oficio, aunque sabemos que para alcanzar, para la perfección debe existir un mayor compromiso”, expresó.

El entrevistado prefiere pintar por la noche al son de buena música (trovas o ballenatos), son momentos oportunos para encontrar inspiración y sacar sus mejores resultados.

Negó las versiones que apuntan al cierre de la Escuela de Bellas Artes, “aspiro a que haya una en cada departamento, pero de no ser así con que haya dos o tres en el país nos damos por bien servidos”.

Hizo un llamado para todos los que abrazan la carrera de las artes y dijo que para los que aspiran a ingresar a la Escuela de Bellas Artes, únicamente tienen que haber culminado el ciclo común y presentarse a hacer un examen de admisión.

Aunque la Escuela de Bellas Artes es una institución pública, los padres de los educandos tienen que costearse el valor de los materiales, citó para luego asegurar que vale la pena cuando al final se miran los resultados en un gran artista.

Sobre sus esculturas, describió que las realiza en terracota que se elabora en arcilla y luego pasa por el proceso de cocción que hace que el acabado quede en forma de bronce.

Mientras la lluvia intensificaba su actividad en una tarde capitalina de agosto, Cruz reveló que aún no elabora su mejor obra y que cada día transita por el proceso de aprender nuevos conocimientos.

La mujer y el caballo

Dijo que la mujer es el tema central de sus pinturas, “ellas están presentes por su belleza, pero también hago mucha referencia a lo maravilloso de la naturaleza y qué decir de los caballos que derivan en una combinación perfecta para expresar muchas ideas”.

El docente en artes también elabora pinturas abstractas, y aunque no lo hace con mucha frecuencia, dice que lo disfruta porque con las obras también hay que comunicar algo que no sea tan visible.

Relató que una de sus tareas pendientes es lograr algunas texturas para plasmarlas en sus pinturas.

La voz de Víctor Hugo Cruz se fue apagando frente la intensidad de la fuerte lluvia, pero sus cuadros y esculturas parecían cobrar vida y hablar en tono alto a favor de su autor. “Los días lluviosos no me inspiran, prefiero la noche con música y el silencio”, se despidió dejándonos empapados del placer por la entrevista. JS

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