El vicepresidente participó en la conferencia anual legislativa de la Cámara Hispana de Comercio y en alusión a los migrantes señaló que «sólo están esperando la oportunidad de poder contribuir completamente».
En su opinión, «los 11 millones de extranjeros indocumentados ya son estadounidenses» y esas personas actualmente viven en las sombras».
Agregó que los migrantes «lo que quieren es una vida decente para sus hijos, una oportunidad para contribuir a una sociedad libre, para echar raíces y ayudar a construir la nueva gran generación americana, para eso luchan».
Sostuvo que la reforma migratoria cambiará por completo financieramente a los EE. UU, donde los hispanos hacen una aportación significativa.
Sin la reforma inmigratoria, Estados Unidos está perdiendo «miles de ingenieros y científicos» que obtienen doctorados de universidades estadounidenses. «Deberíamos estar dándole una tarjeta verde a cada uno de los graduados que reciben su diploma», afirmó a la cadena CNN.