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Unos 3,000 menores de edad están bajo custodia del Estado de Honduras, según funcionaria

Tegucigalpa El Gobierno de Honduras tiene bajo su custodia alrededor de 3.000 menores de edad, cuya protección es una tarea «grande», dijo este martes a EFE la titular de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf), Lizeth Coello, quien busca cambiar la cara y mejorar los servicios de la institución.

«Aproximadamente 3.000 niños están siendo cuidados por instituciones (aliadas), lo que no quita la responsabilidad del Estado de Honduras sobre su protección», subrayó la titular de la Dinaf, institución que mantiene convenios de apoyo económico y técnico con 32 residencias de cuidado de los menores de 18 años de edad.

Vinculada hace tres décadas a la defensa de la niñez en Honduras, Coello señaló que el Estado terceriza el cuidado de niños y niñas debido a que «no tiene la capacidad instalada» para atender a los menores.

SUBSISTEMA DE PROTECCIÓN

El Estado hondureño «tiene la obligación de proteger» a los niños y alejarlos de un «entorno violento», así como monitorear y supervisar los servicios de cuidado que ofrecen instituciones aliadas, señaló la funcionaria, quien comentó que la institución que dirige desde mediados de junio lleva a cabo un proceso para conocer la cifra real de los menores bajo tutela del Gobierno.

«De manera temporal, los niños víctimas de algún tipo de abuso o violencia de sus derechos entran a estas instituciones y se procede a una investigación social, psicológica e incluso legal para determinar si hay familiares que pueden recibir al niño y si no, lamentablemente tendrían que quedarse en las instituciones», enfatizó Coello.

Destacó que Honduras cuenta con un «subsistema de protección» de niños y niñas que «sufren vulneraciones, han sido abandonados o son víctimas de maltrato y abuso».

Los derechos a una familia protectora, la educación, la alimentación y la recreación son los más vulnerados en Honduras, según Coello, quien abogó por un «enfoque de protección integral en el interés superior del niño».

CAMBIAR LA CARA DE LA INSTITUCIÓN

Coello considera que la Dinaf necesita mejorar y profesionalizar su personal para asegurar una efectiva atención a los menores en el país centroamericano.

«Estamos retomando el rol institucional, profesionalizando sus servicios, incorporándonos al Gabinete Social y buscando el apoyo de la cooperación internacional», subrayó y agradeció el respaldo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y organizaciones de sociedad civil.

Dijo que al frente de la Dinaf buscará «fortalecer todo el componente de familia» porque todos los menores «tienen derecho a una familia y si esa familia no tiene las condiciones, debemos reforzarlas para que el niño no sea institucionalizado».

Para ello, tiene previsto visitar en los próximos días algunas residencias de cuidado alternativo de menores para conocer de primera mano las «condiciones» en las que viven estos niños.

Sobre el fallecimiento la semana pasada de una niña de 12 meses bajo la tutela del Estado y presuntamente violada, aseguró que su muerte se debió a una «septicemia generalizada secundaria a su desnutrición grave».

La niña ingresó en mayo a un hospital estatal en el norte de Honduras por una «desnutrición aguda», por lo que fue puesta bajo la custodia de la Dinaf, institución que la transfirió de manera temporal a un centro de cuidado, donde estaba en recuperación, pero debido a su débil sistema inmunológico adquirió una bacteria que afectó sus pulmones, explicó.

«Hemos redoblado nuestras acciones e inmediatamente que supimos (de la muerte) fuimos al centro y comprobamos que las condiciones ahí son apropiadas, pueden ser mejores, pero no había posibilidades de que hubiese sufrido abuso sexual», acotó Coello. JS

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