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UNFPA Honduras presenta Estado Mundial de la Población 2020

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Tegucigalpa – El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) presentó virtualmente el informe Estado de la Población Mundial 2020 “Contra mi voluntad: Desafiar las prácticas que perjudican a las mujeres y las niñas e impiden la igualdad” ante casi 1500 participantes de entidades de gobierno, donantes, municipalidades, redes de jóvenes, entre otros.

El Informe presenta las prácticas nocivas en América Latina y el Caribe, en que la más frecuente es el matrimonio y uniones infantiles tempranas y forzadas, (conocido bajo el acrónimo de MUITF), en el cual Honduras se sitúa dentro de los cinco países con mayor proporción de matrimonios, uniones infantiles y forzadas; encabezando la lista la Republica dominicana, y seguido por Brasil, Nicaragua, aparece Honduras en el cuarto lugar y en quinto Guatemala.

El documento global señala que todos los años, millones de niñas se ven sometidas a prácticas que les provocan daños físicos y emocionales con el conocimiento y consentimiento plenos de sus familias, amigos y comunidades.

Según el informe del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que se encarga de la salud sexual y reproductiva, existen al menos 19 prácticas nocivas (desde el planchado de los senos hasta las pruebas de virginidad) que tienen la calificación de violación de los derechos humanos. El documento se centra en los tres tipos más preponderantes: la mutilación genital femenina, el matrimonio infantil y la preferencia por los hijos varones muy en detrimento de las hijas.

Se calcula que, este año, 4.1 millones de niñas sufrirán una mutilación genital femenina. Hoy mismo, 33 mil niñas menores de 18 años se verán obligadas a casarse; por lo general, con hombres mucho mayores que ellas.

Además, en algunos países, la preferencia excesiva por los hijos varones ha promovido la selección del sexo con sesgo de género o casos de desamparo extremo que han desembocado en la muerte de las niñas. El resultado son 140 millones de mujeres “desaparecidas”.

Algunas prácticas nocivas están decayendo en los países en los que sucedían con mayor frecuencia. Sin embargo, debido al crecimiento demográfico de estas naciones, la cifra de niñas damnificadas aumentará en los próximos decenios a menos que se adopten medidas urgentes.

Los países que han ratificado tratados internacionales tales como la Convención sobre los Derechos del Niño tienen la obligación de poner fin al sufrimiento de las niñas sin importar si los perpetradores son sus parientes, las comunidades religiosas, los proveedores de servicios de salud, las empresas privadas o las instituciones públicas.

Muchos gobiernos han reaccionado con instrumentos legislativos, pero eso es un comienzo y se requieren redoblar esfuerzos. En Honduras, se logró la modificación del artículo 16 del Código de Familia, con la finalidad de elevar la edad de contraer matrimonio, de 16 a 18 años para ambos sexos, pero las uniones forzadas siguen ocurriendo, sobre todo en el medio rural, un claro ejemplo de que las acciones y esfuerzos para proteger a las niñas deben fortalecerse aún más.

umnfraEl informe del UNFPA es claro: decenios de experiencia e investigación han demostrado que, cuando se trata de lograr cambios, los enfoques ascendentes que tienen su base en el seno de la comunidad dan mejores resultados. El informe señala que es necesario reestructurar las economías y los sistemas jurídicos en los que se apoyan a fin de garantizar que todas las mujeres gozan de igualdad de oportunidades.

La práctica nociva de mayor impacto en América Latina y el Caribe, es el matrimonio infantil. Una de cada cuatro niñas se casa o establece unión informal antes de cumplir 18 años; en algunas partes de la región, la cifra es superior a una de cada tres. En Honduras la prevalencia del MUITF es del 37 por ciento , para las mujeres que se unieron antes de los 18 años, y del 10 % para las que se unieron antes de los 15 años; en tanto que el porcentaje de niñas y adolescentes que dan a luz antes de los 18 años, es del 22 por ciento; y la tasa especifica de fecundidad en el grupo de 15 a 19 años, de 101 nacidos vivos por 1000 mujeres entre 15-19 años.

“EL UNFPA en Honduras, ha puesto en marcha una serie de acciones para contribuir a poner fin al matrimonio y uniones tempranas infantiles y forzadas, que incluyen contar con marcos legales y políticas que permitan defender los derechos de las niñas y adolescentes; desarrollar investigaciones y estudios que permitan favorecer la toma de decisiones con base en evidencia; trabajar en el cambio sostenible de costumbres, actitudes, comportamientos y relaciones sociales y continuar fortaleciendo los procesos de educación integral de la sexualidad en los ámbitos formales y no formales, acompañados de acciones de sensibilización en el ámbito comunitario, que incluyan a padres y madres de familia. No obstante, es urgente redoblar estos esfuerzos” expreso Cecilia Maurente Beherns, Representante del UNFPA en Honduras.

Es posible eliminar el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina a escala mundial en el plazo de 10 años si se amplían las iniciativas destinadas a que las niñas prolonguen su escolarización, a enseñarles competencias para la vida y a implicar a los hombres y niños en la transformación social.

Según el informe, invertir 3,400 millones de dólares de los Estados Unidos al año de aquí a 2030 serviría para acabar con estas dos prácticas nocivas y con el sufrimiento de unos 84 millones de niñas.

Si bien se han logrado avances encaminados a suprimir algunas prácticas nocivas en todo el planeta, la pandemia de COVID-19 amenaza con desbaratar estas conquistas. Un análisis reciente reveló que, si los servicios y programas permanecen suspendidos seis meses, puede que otros 13 millones de niñas se casen por obligación y que 2 millones más de niñas sean víctimas de una mutilación genital femenina de aquí a 2030.

Por último, pero no menos importante el UNFPA hace un llamado urgente para:

Respetar: Debemos promover el respeto hacia las mujeres y las niñas a través de un cambio en las actitudes y prácticas culturales que las deshumanizan y las convierten en mercancías. Esto significa atacar las causas profundas de la desigualdad y respetar la autonomía de las niñas.

Proteger: Debemos proteger a las mujeres y las niñas por medio de la promulgación y observancia de leyes en contra de prácticas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina, pero también a través del cambio de actitudes y normas. Los padres y madres necesitan entender el impacto del daño y oponerse al mismo.

Cumplir: Los gobiernos deben cumplir con sus obligaciones de conformidad con los tratados de derechos humanos que exigen la eliminación de la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil

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