Los manifestantes se ubicaron hoy en diferentes puntos de la ciudad jujeña de la Quiaca, en el extremo norte del país, para comenzar el reclamo, que es apoyado por el Premio Nobelde la Paz de 1980, Adolfo Pérez Esquivel, y el sacerdote español Jesús Olmedo.
«Hacen una huelga de hambre con su propio hambre. Tienen muchos problemas. Y no sólo necesitan una solución a la desnutrición. También requieren obras públicas y la formación de cooperativas para que puedan tener sus propias viviendas», afirmó Pérez Esquivel a Efe.
El Premio Nobel señaló además que entre los protestantes hay «muchas mujeres, muchas madres solteras que tienen numerosos problemas y reclaman becas para que sus hijos puedan estudiar».
Los manifestantes, reunidos en la Multisectorial La Quiaca, también piden la creación de fuentes de trabajo para disminuir los altos índices de desempleo en la zona de la Quebrada, una comarca de pequeños pueblos andinos que subsiste por el pastoreo y el turismo.
«A raíz de la situación en la que se encuentran, un grupo de médicos se encargó de controlar a la gente para ver quiénes pueden ser sometidos a una huelga de hambre», explicó Pérez Esquivel.
Según las últimas estadísticas oficiales, que corresponden al primer semestre de 2008, el índice de pobreza en Argentina es del 17,8 y el de indigencia del 5,1 por ciento, aunque esas tasas se elevan hasta el 30 por ciento y el 6,4 por ciento, respectivamente, en Jujuy, uno de los distritos más pobres del país.
El Premio Nobel dijo que hace dos semanas envió una carta a la presidenta argentina, Cristina Fernández, y habló con la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, cuñada de la mandataria, sin que aún hayan llegado soluciones «concretas» a los problemas de la gente de la Quebrada de Humahuaca.
«Alicia Kirchner prometió el envío de ayuda pero a la gente no llega porque no hay control y hay además clientelismo político», advirtió Pérez Esquivel.
Otras fuentes de la organización de la protesta explicaron a Efe que una delegación del ministerio de Desarrollo Social viajó el año pasado para comprobar la situación de la zona, pero «luego no hubo ninguna solución, por lo que se decidió iniciar una huelga de hambre hasta que haya una respuesta que trascienda lo verbal».
En un documento elaborado por los organizadores se lamenta «la pobreza extrema de una gran parte de la población desocupada, el hambre y la desnutrición infantil en muchos hogares, la falta de trabajo genuino para una vida digna, y la desesperanza de muchos jóvenes, sin perspectivas de futuro».