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Un reconocimiento póstumo a las «obsesiones» de León Ferrari

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Buenos Aires – Conocido por su talante provocador y por sus denuncias contra los excesos del poder, León Ferrari (1920-2013) fue uno de los artistas argentinos más relevantes del siglo XX, dueño de infinidad de «obsesiones» que protagonizan la última exposición del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.

Bajo el título de «Recurrencias», esta muestra exhibe cerca de 250 obras del artista porteño, incluyendo su creación más polémica y censurada, «La civilización occidental y cristiana», en la que se representa a un Cristo crucificado sobre un avión de guerra estadounidense; una metáfora sobre la relación existente entre religión, política y violencia.

«León Ferrari fue un artista que ha perforado todas las fronteras y ha tenido un reconocimiento internacional que nos da orgullo como argentinos. Le faltaba la gran muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes», reconoce en declaraciones a EFE Andrés Duprat, director del museo y cocurador de la exposición.

Obsesiones recurrentes

Organizada en colaboración con la Fundación Augusto y León Ferrari, «Recurrencias» ofrece un recorrido antológico por las obras más representativas de este artista, cuyos trabajos sirvieron para criticar las arbitrariedades de las dictaduras, las complicidades de la religión con los poderosos y las desigualdades de la vida contemporánea.

En esta muestra, que se extenderá hasta el próximo 13 de agosto, los visitantes podrán conocer algunos de los dibujos, collages, grabados y cerámicas firmados por Ferrari, quien mantuvo una coherencia temática más o menos constante a lo largo de su trayectoria como artista.

«No era un artista que iba cerrando temas, como Picasso, que iba de un período, clausuraba e iba a otro; sino que tuvo ciertas obsesiones durante toda su vida y las fue abordando de forma distinta», asevera Duprat, encargado de preparar la muestra junto a Cecilia Rabossi.

Programada para marzo de 2020, y suspendida por la pandemia de coronavirus, esta exposición pretende compensar, en parte, la ausencia de Ferrari del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires; una «omisión un poco ruidosa», en palabras de Duprat, dada la talla internacional del artista.

«Esta es una muestra muy anhelada, por nosotros en el museo, pero también por toda la comunidad artística argentina (…). Era una ausencia notoria que no le hayan dedicado una muestra individual a León Ferrari en vida», señala el titular de la institución.

Cuatro ejes temáticos

Dividida en cuatro ejes temáticos y sin un orden cronológico predefinido, «Recurrencias» reúne más de un siglo de obras (1960-2011) de Ferrari, en donde están presentes el «desparpajo», el «humor» y la «picardía» tan característicos de este artista.

Así, más allá de «La civilización occidental y cristiana» -la pieza más aclamada por los asistentes a la inauguración-, destacan creaciones como «La justicia», que muestra un ave embalsamada en una jaula y una balanza plagada de heces justo debajo de ella.

Tampoco faltan las críticas a la última dictadura cívico-militar argentina (1976-1983), con recortes de periódicos de la época que ya sugerían la perpetración de crímenes de lesa humanidad; o a la Iglesia católica, una constante en su obra que lo enfrentó con las máximas autoridades eclesiásticas, entre ellas el exarzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, actual papa Francisco.

«No es un artista hermético, que uno tenga que hacer un doctorado para poder ver las obras; sino que tiene una obra muy directa, que todo el mundo puede recibirla», constata Duprat, recordando las profundas convicciones antibelicistas de Ferrari, reflejadas, especialmente, en sus obras contra la guerra de Vietnam.

Vigencia de Ferrari

Los azares del destino propiciaron que la inauguración de esta exposición coincidiese con el 40° aniversario del regreso de la democracia a Argentina; algo fundamental en la vida personal de León Ferrari, quien tuvo que exiliarse en Brasil y cuyo hijo Ariel desapareció durante la época del terrorismo de Estado.

Cuatro décadas después de esas atrocidades, Duprat subraya que la obra de Ferrari mantiene, hoy por hoy, toda su vigencia, puesto que incide en cuestiones que «siguen presentes» en la actualidad.

«Hoy tenemos la guerra de Ucrania y Rusia, el problema de los inmigrantes en Europa, el de las fronteras en Estados Unidos y México… Esa obra sirve, de alguna manera, para señalar los mismos problemas que, espero, vayamos superando», sentencia el director del Museo Nacional de Bellas Artes. EFE

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