Tegucigalpa – El impacto del desplazamiento forzado interno afectó a un promedio anual de 608 niños, niñas y adolescentes en Honduras, según las quejas atendidas por el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), en los últimos cinco años.
La Unidad de Desplazamiento Forzado Interno (UDFI) del Conadeh reveló que las niñas, niños y adolescentes figuran entre los grupos más vulnerables frente a ese fenómeno.
De acuerdo a las quejas atendidas por el Conadeh, se estima que, durante cinco años (2019-2023), unas 15 mil 174 personas estuvieron en riesgo o fueron víctimas de desplazamiento forzado, de las cuales, 3 mil 041, que representan el 20 %, eran niñas, niños y adolescentes.
La mayoría de las niñas, niños y adolescentes son llevados por sus padres o familiares, quienes por diversas situaciones de violencia se ven obligados a desplazarse a otros lugar como medida de autoprotección.
El fenómeno del desplazamiento forzado deja como consecuencia la perturbación de las oportunidades educativas de quienes están en edad escolar y limita el acceso a necesidades vitales como la alimentación, la vivienda y las medicinas.
La UDFI señaló que, entre los hechos violentos que obligaron a las niñas, niños y adolescentes a desplazarse están las amenazas que representan el 48 % de los casos, pero también están las extorsiones, las tentativas de homicidio, el asesinato de parientes y el reclutamiento forzado.
Reclutamiento forzado de niñas, niños y adolescentes
Cándida Maradiaga, coordinadora de la Defensoría de la Niñez del Conadeh, expresó su preocupación por el elevado número de adolescentes que están siendo reclutados por el crimen organizado, maras o pandillas.
Explicó que el reclutamiento forzado es una modalidad de “trata de personas” que ha ido escalando en el país y que es un problema, incluso, que ha sido invisibilizado por las autoridades.
Hemos visto, en los últimos años, como se ha elevado el número de adolescentes que están participando en actividades delictivas como la extorsión, la portación ilegal de armas y el tráfico de drogas, expresó.
Agregó que, ese es un indicativo que están siendo cooptados por estas organizaciones criminales a través de la intimidación, de la presión social y de otros factores de riesgo que rodea la vida de los adolescentes.
Esto coloca a los niños y adolescentes en una situación de mayor vulnerabilidad ante el crimen organizado, que los utiliza para que cometan actividades ilícitas, principalmente en departamentos como Francisco Morazán, Atlántida y Cortés, entre otros.
Maradiaga declaró que la situación que enfrenta la niñez hondureña tiene que ver mucho con la pobreza, la exclusión social, la debilidad institucional, la impunidad y la corrupción.
Considera que es responsabilidad del Estado implementar programas orientados a neutralizar el reclutamiento forzado, en las comunidades de mayor riesgo.
Además que, el Estado debe implementar políticas públicas orientadas a la prevención de la violencia y que se atiendan los factores de riesgo que rodea a los niños y adolescentes que se encuentran en mayor vulnerabilidad y víctimas del reclutamiento forzado en el país.
Se estima que, en el término de cuatro años, el Conadeh atendió 132 quejas relacionadas con el reclutamiento forzado de niñas, niños y adolescentes.
Situación que refleja el gran desafío que enfrentan los adolescentes, día a día, en sus comunidades, sobretodo, aquellas que están invadidas por grupos organizados como maras y pandillas que no piden de favor que participen en las actividades ilícitas sino que, en la mayoría de los casos, los obligan bajo amenazados e intimidación que participen en las actividades delictivas. JS