Bruselas – La Unión Europea (UE) “evalúa” actualmente la situación de su embajadora en Managua, Bettina Muscheidt, después de que el Gobierno nicaragüense, presidido por el sandinista Daniel Ortega, la “convocara”.
“No tengo conocimiento de ningún anuncio oficial”, indicó durante la rueda de prensa diaria de la Comisión Europea Peter Stano, portavoz del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
El portavoz se pronunció así preguntado por la supuesta declaración del Gobierno de Nicaragua como persona “non grata” de Muscheidt, tal y como recogen medios locales.
“Lo único que puedo decir sobre el tema en este momento es que nuestra embajadora, la jefa de la delegación de la UE en Managua, fue convocada ayer al Ministerio de Asuntos Exteriores de Nicaragua”, indicó Stano.
«Y estamos evaluando su situación en contacto con las autoridades nicaragüenses”, concluyó.
Medios de comunicación de Nicaragua informaron este miércoles de que el Gobierno de Ortega ordenó la expulsión de Muscheidt del país centroamericano.
La oficina de prensa de la delegación de la UE en Managua no negó ni confirmó la información ante consultas de Efe.
Según la prensa local, el Gobierno sandinista notificó de forma verbal a la diplomática alemana de su condición de «non grata» por supuesta «injerencia e irrespeto a la soberanía nacional» de parte de la UE.
La noticia fue confirmada por fuentes vinculadas al Parlamento Europeo al diario La Prensa y los portales Confidencial, Despacho 505, Artículo 66, entre otros medios digitales nicaragüenses, cuya redacción la tienen en el exilio.
Hasta ahora, el Gobierno de Nicaragua no ha emitido una comunicación oficial al respecto.
Las relaciones entre Nicaragua y la UE se han mantenido tensas en los últimos cuatro años, debido a sanciones establecidas por Europa a familiares y allegados del presidente Daniel Ortega, así como funcionarios e instituciones del Gobierno, por señalamientos de violaciones a los derechos humanos.
Desde abril de 2018 Nicaragua vive una crisis sociopolítica que en su primer año dejó al menos 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La crisis se agudizó en noviembre pasado, con la reelección de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, con siete rivales de la oposición en la cárcel y dos en el exilio, tras lo cual se desató una segunda ola de cientos de miles de migrantes hacia el exterior. JP
