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Ucrania recuerda al poeta Tarás Sevchenko, pionero de la identidad nacional

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Leópolis (Ucrania) – Ucrania conmemora este viernes la muerte de uno de sus mejores escritores, el poeta del siglo XIX Tarás Shevchenko, que en sus escritos llamó a los ucranianos a luchar por su independencia del Imperio ruso, que adquieren nueva relevancia en la lucha del país contra los invasores rusos.

Diana Nikitiuk, una vecina de Jersón (sur) de 25 años, recuerda un momento particularmente aterrador del periodo en el que su ciudad estuvo bajo ocupación rusa, cuando acababa de comprar un libro de poemas en ucraniano y trataba de llegar a casa sin que la detuvieran y registraran.

«Era como si el corazón fuera a salirse de mi pecho», relata a EFE y explica que la gente evitaba hablar ucraniano en público para no atraer la atención de los soldados rusos.

«Comprar y llevar encima un libro en ucraniano parecía el doble de arriesgado», recuerda.

El libro en cuestión era «Kozbar» (El Bardo), una emblemática colección de poemas de Tarás Shevchenko, figura central de la literatura ucraniana y una de las principales en el proceso de renacimiento nacional del siglo XIX.

Nacido en 1814 en una familia campesina, Shevchenko emergió de la servidumbre para convertirse en un conocido pintor y poeta y en un miembro prominente de los círculos artísticos de San Petersburgo, entonces capital del Imperio ruso, que controlaba la mayor parte de lo que ahora es Ucrania.

En aquel entonces, Ucrania había perdido todo vestigio de la autonomía de la que gozó en los tiempos del Hetmanato cosaco, un Estado que surgió en el siglo XVII y que firmó una incómoda alianza con San Petersburgo mientras trataba de sortear los intereses en competencia de la mancomunidad polaco-lituana y de los imperios otomano y ruso.

Éste último se convirtió en un imán que atrajo a los individuos más ambiciosos y de mayor talento que gradualmente abandonaron sus vínculos con la lengua y la cultura ucranianas, en favor del ruso, mientras que la mayoría de los ucranianos paulatinamente pasaron a encontrarse en una situación de dependencia personal y económica de un pequeño número de terratenientes rusos.

Shevchenko, por el contrario, bebió en sus poemas del folclore popular y lamentó en ellos la pérdida de la libertad de los ucranianos, criticando la asfixiante influencia rusa en su país de origen y llamando a la reforma y a una lucha por la independencia nacional.

Por ello, fue reclutado por la fuerza para servir en el Ejército ruso y enviado a Kazajistán. Tras diez años de exilio que destruyeron su salud, murió de forma prematura el 10 de marzo de 1861.

La obra de Shevchenko tuvo resonancia en el contexto de luchas similares contra el imperialismo ruso en tierras polacas y del Cáucaso y pronto sus escritos se difundieron por todo el territorio ucraniano, convirtiéndose en una de las claves de su literatura e identidad nacional.

«Gracias a la obra de Shevchenko, supe desde la escuela que los rusos y nosotros somos diferentes», dice a EFE un residente desplazado de la ciudad costera de Mariúpol, ahora bajo dominio ruso, que prefiere mantener el anonimato.

«Shevchenko enseñó a los ucranianos a luchar por su libertad», añadió.

El filósofo Volodímir Yermolenko escribió la víspera, al comenzar las conmemoraciones del poeta, que Shevchenko creó algunas de las bases sobre las que Ucrania se yergue todavía hoy.

«Recordó a los campesinos ucranianos que pertenecen a la nación de los cosacos, luchadores que llevan una vida pacífica pero están dispuestos a tomar sus sables -o [misiles antitaque] ‘Javelin’ – para defenderse cuando es necesario», reflexionó.

Desde el inicio de la guerra, el legado de Shevchenko ha crecido de nuevo en importancia y un busto del poeta en Borodyanka (cerca de Kiev) agujereado con balas se ha convertido en uno de los símbolos del asalto ruso contra la identidad ucraniana.

Durante la exitosa contraofensiva ucraniana sobre Járkov (este) el pasado septiembre, una pancarta con sus versos reemplazó la consigna «Nosotros y los rusos somos un solo pueblo» que habían colocado los invasores y reza desde entonces: «¡Sigue luchando y ganarás! ¡Dios te ayuda en tu lucha!». EFE

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