Por Alberto García Marrder
Para Pro eso Digital, La Tribuna y El País de Honduras.
El prestigioso diario “The New Yor Times” dio la voz de alarma en un artículo que no le habrá gustado al presidente, Donald Trump y titulado: “WHERE IS MELANIA?” (“¿Donde está Melania ?»
El diario neoyorquino revela que de los cien primeros días de Trump en su segundo mandato, Melania solo ha pasado 15 días en la residencia presidencial americana.
Melania Vnavs ,de 55 años, es la tercera esposa de Trump y madre de su hijo Barón. Guapa, ex modelo esloveno y muy enigmática. Se supone que es una “First Lady” ( “Prime Dama”). Pero no lo parece.
“Ella va a su bola, hace lo que le da la gana y no le importan los comentarios negativos sobre su persona” me comenta una colega estadounidense que sabe mucho de este tema (“ She does give a damn about what the people will say abou her.»
En una de sus raras apariciones en público, Melania, con su raro acento ex yugoslavo presentó el 9 de mayo pasado un sello en honor de la ex Primera Dama Barbara Bush, esposa del ex presidente George Bush.
Las malas lenguas difunden que es posible que Melania nunca ha perdonado a su esposo el escando sexual-amoroso que tuvo en 2006 con la actriz de cine porno “Stormy Daniels”.

Este escándalo tuvo un gran revuelo en Estados Unidos, cuando la prensa reveló que el abogado personal de Trump, Michael Cohen, le había pagado a la actriz porno 130,000 dólares por su silencio. Trump luego le devolvió esa cantidad a su abogado.
Esos encuentros de Trump con la actriz porno, en 2006, tuvo lugar precisamente cuando Melania estaba embarazada de su primer hijo, Baron.
Desde entonces, Melania ha tenido una relación distante con su esposo y nunca ha estado presente en las fechas claves de su primer y segundo mandato presidencial.
Y en las raras ocasiones públicas donde se les ve cogidos de las manos, ella parece incómoda.
En el funeral pasado del Papa Francisco en el Vaticano (donde Trump exigió estar en la primera
fila de los dignatarios) Melania (católica) casi le grito a su esposo, al ver que ignoraba los saludos de dar la paz: Donald , a tu izquierda…” (según un experto que sabe leer los labios). El presidente (protestante), con mucha desgana por su parte, se giró al fin y saludo al presidente de Finlandia, Alexander Stubb, el de Estonia, Alar Karis, y al rey de España, Felipe VI.
Trump ya había llamado la atención por vestir de azul oscuro en vez del protocolario negro del Vaticano.
Y cuando Melania se escapa de Trump, ¿donde se va? Tiene dos opciones: el lujoso apartamento que tienen en la Torre Trump en Manhattan de Nueva York o a la mansión de Mar-a-lago en West Palm Beach en Florida. Y en coche oficial y guardaespaldas, por supuesto.

En teoría, Melania está preparando un documental sobre su vida (¿contará la verdad) que sospechosamente ha sido financiado por 40 millones de dólares por Jeff Bezos, el fundador de la cadena Amazon. Es de suponer que Bezos quiere quedar bien con Trump, que toma nota de sus amigos y enemigos, para ajustar cuentas en un futuro.
Y para un billonario como Bezos (que busca contratos federales), 140 millones de dólares es una bicoca.
Pero hay una foto que impresiona y dice mucho. Al regresar de Roma a Washington, en el aeropuerto, se separan. El se va a su helicóptero “Marine One” hacia la Casa Blanca que lo espera y ella a una limusina, con su gabardina Burberry al viento y gafas oscuras, a un destino desconocido.
¿Tanto cuesta aguantar a Donald Trump?