Roma – Más de 3.000 migrantes están hacinados en la isla italiana de Lampedusa (sur), cuyo centro de acogida solo tiene capacidad para unas 400 personas, una situación que ha empeorado por la ausencia de barcos humanitarios en el Mediterráneo Central, denunció este martes una plataforma que engloba varias ONG.
La nueva política del Gobierno italiano de asignar puertos lejanos a los buques de rescate de las ONG está provocando que haya menos barcos de rescate en el Mediterráneo central y los migrantes permanezcan aglomerados en condiciones precarias, explicó la plataforma Mediterránea.
«Es difícil imaginar lo que es estar confinado con otras 3.200 personas en el albergue de Contrada Imbriacola, que está construido para albergar a 389. Una mujer murió dentro el sábado por la noche. Y no es la primera vez que pasa en los últimos meses», manifestó en un comunicado.
Más de 12.300 migrantes han desembarcado en las costas italianas en lo que va de año, frente a los 4.700 que lo hicieron en el mismo periodo en 2022, lo que supone que se han triplicado las llegadas, según los últimos datos publicados por el Gobierno italiano.
Según la plataforma, a Lampedusa han llegado más de 5.000 personas en la última semana mientras la falta de ayuda para identificar y asistir a los migrantes ha provocado que «más de 2.000 personas» aún estén esperando a ser atendidos sin poder salir de las instalaciones.
Además, señala que la entidad gestora del albergue ha dejado de distribuir paquetes de comida y agua.
«Algunas de las estructuras donde deben permanecer los migrantes, completamente llenas de desechos de cualquier tipo que no se han eliminado durante días, se han inundado por completo: el barro y el agua negra cubren los pisos. Detrás de las rejas hay tanta gente que es difícil caminar», señala.
La situación ha empeorado, según Mediterranea, debido a que los buques de rescate de las ONG tienen que cumplir con la nueva normativa promulgada por el Ejecutivo italiano, que obliga a pedir el desembarco tras un único rescate -aunque sea de una decena de personas- y asigna puertos lejanos, en el norte del país o en el mar Adriático.
«De las ONG, como se ha repetido en los últimos días, ni la sombra: incluso en los últimos días se les asignaban puertos muy lejanos, a barcos grandes y pequeños que habían rescatado a unas decenas de personas. Y sin embargo, las personas, con sus historias, sus rostros, sus deseos, están aquí», detalló la plataforma.
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) o Geo Barents ya han denunciado que tienen que navegar hasta 4 y 5 días para llegar a los puertos y, por tanto, pasan menos tiempo en el Mediterráneo central, donde naufragan la mayoría de migrantes en precarias embarcaciones.
Ese decreto fue aprobado la semana pasada por la Cámara de los Diputados y esta semana se debatirá en el Senado, que previsiblemente dará el visto bueno a la norma, ya que el Ejecutivo cuenta con mayoría en las dos cámaras del Parlamento. JS