Por: Roberto Herrera Cáceres
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos
El 1 de mayo, recién pasado, se conmemoró el “Día del Trabajo” ocasión propicia para destacar las actividades de millones de compatriotas que, día a día, contribuyen con su esfuerzo a impulsar el crecimiento económico hacia el desarrollo sostenible de Honduras, cuyo reconocimiento demanda como contrapartida asegurar el efectivo cumplimiento de las condiciones laborales que fortalecen el concepto de trabajo decente, universalmente reconocido y aceptado, a fin de que, asegurando la satisfacción de las mismas, sea reducida perceptiblemente la pobreza y la exclusión social que prevalece en nuestro país.
Hay una relación directa entre trabajo y dignidad humana que enfatiza la calidad de participantes activos de las y los trabajadores en el crecimiento económico y su derecho a ser participes en el aprovechamiento de los beneficios de este crecimiento, por lo que está reconocido que toda persona tiene el derecho a ser capacitado o formado y de gozar de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias.
El Estado de Honduras debe fortalecer la seguridad jurídica empresarial y favorecer también la apertura de fuentes de empleo que revistan las características de trabajo decente.
Es urgente posibilitar ejercer su derecho al trabajo a todas y todos los que están desprovistos de medios para sustentar su vida, para que puedan satisfacer sus necesidades básicas y de su familia y su propia auto estima como ciudadanos respetados y productivos de una República Democrática por la que, histórica y constitucionalmente, hemos optado.
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos colaborará con los tres poderes del Estado y otras instituciones en promover el trabajo decente en Honduras, y dará seguimiento al cumplimiento progresivo de este derecho humano y, en especial, a la efectividad de la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo.
Trabajadores de Honduras:
Levantemos juntos el estandarte de la dignidad humana