Como opciones de transporte público para nuestras metrópolis (Distrito Central y San Pedro Sula), hay que considerar cuatro formas principales: el metro (trenes primariamente subterráneos en zonas centrales); el Metrobús, y los teleféricos. Estos se pueden combinar entre sí e incluir sistemas de buses convencionales de distintos tamaños.
La construcción de un sistema de metro para una ciudad es recomendable en varios casos específicos, que generalmente involucran una combinación de factores que hacen que sea una solución viable y efectiva para mejorar el transporte urbano. Aquí algunas consideraciones y requisitos:
Densidad poblacional alta: cuando una ciudad tiene una alta densidad de población en su núcleo urbano y áreas circundantes, el metro puede manejar de manera eficiente grandes volúmenes de pasajeros que utilizan el sistema de transporte diariamente. En la Unión Soviética se consideraba un metro para una población de más de 1 millón en una zona centralizada (construyendo un sistema de 3 líneas con traslape triangular, en forma hexagonal).
En Latinoamérica, por ejemplo, Quito tiene un sistema operativo con una población de 2 millones de habitantes. Las 2 zonas metropolitanas ya reúnen estas condiciones, y las continuaran superando.
Congestión vehicular: si la ciudad enfrenta problemas significativos de congestión vehicular en las horas pico, un sistema de metro puede ofrecer una alternativa rápida y confiable para reducir la cantidad de vehículos en las calles, alentando a más personas a usar el transporte público en lugar de conducir.
Distancias largas: en ciudades donde las distancias que las personas necesitan recorrer son largas y las rutas de autobuses o tranvías no son suficientes para proporcionar un viaje rápido y directo, el metro puede ser una solución eficiente al conectar puntos distantes en la ciudad. La zona urbana del Valle de Sula, con su forma alongada, tiene mucha de esta característica.
Incremento de la demanda: cuando la demanda de transporte público aumenta y los sistemas existentes (como autobuses o tranvías) están llegando a su capacidad máxima o son ineficientes para manejar el volumen de pasajeros, la introducción de un sistema de metro puede proporcionar una capacidad adicional y mejorar la eficiencia del sistema en general. Los sistemas están colapsados y son insuficientes en ambas ciudades.
Desarrollo urbano planificado: en el contexto de un desarrollo urbano planificado a largo plazo, la construcción de un sistema de metro puede ser parte de una estrategia integral para gestionar el crecimiento de la ciudad de manera sostenible, facilitando el acceso a áreas de desarrollo económico y residencial. Esto permite racionalizar el crecimiento futuro y facilita la concentración.
Beneficios ambientales y de sostenibilidad: un sistema de metro bien diseñado puede contribuir significativamente a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire en áreas urbanas al fomentar el uso de transporte público sobre el transporte privado.
El Metrobús es un sistema menos ambicioso, que ya se probó en Tegucigalpa con el Trans450. Pero este puede tener muchas variaciones, con las siguientes consideraciones:
Flexibilidad y escalabilidad: los sistemas de Metrobús son más flexibles y pueden implementarse y expandirse más rápidamente que un sistema de metro. Son ideales para ciudades donde se necesita una solución de transporte público eficiente, pero no se justifica inicialmente la inversión masiva de un metro.
Accesibilidad: los autobuses pueden llegar a áreas que no están cubiertas por un sistema de metro, lo que los hace más accesibles para una mayor parte de la población y pueden proporcionar una cobertura más extensa en áreas periféricas o menos densamente pobladas.
Menor impacto inicial: aunque los autobuses contribuyen a la congestión del tráfico, los sistemas de Metrobús suelen tener un menor impacto ambiental inicial que la construcción de un sistema de metro completo, especialmente si se utilizan autobuses eléctricos o con tecnologías limpias.
Costos iniciales y operativos: si bien los sistemas de Metrobús pueden ser más económicos de implementar inicialmente, los costos operativos pueden ser significativos debido al mantenimiento de la flota y al costo de combustible (a menos que se utilicen vehículos eléctricos).
Adicionalmente, se pueden considerar teleféricos (para zonas montañosas), y buses convencionales integrados con el sistema. En todos los casos conviene dejar derechos de vía amplios y suficientes en las zonas de desarrollo nuevas, y cuidar los existentes, para la construcción futura de estos sistemas.