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Texas planea ejecutar hoy a un preso tras 31 años en el corredor de la muerte

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Austin (EEUU) – El estado de Texas (EEUU) planea ejecutar hoy mediante una inyección letal a Lester Bower, un hombre de 67 años que lleva 31 en el corredor de la muerte de la prisión de Huntsville, condenado por el asesinato de cuatro personas en 1983.

De los 264 presos que esperan su turno en el corredor de la muerte de Texas, tan solo nueve llevan más tiempo encerrados que Bower, que ha vivido desde la primera línea 522 de las 525 ejecuciones aplicadas en el estado de las estrella solitaria.

La historia empezó el 8 de octubre de 1983, cuando Bower decidió comprar una avioneta a Bob Tate, quien aparecería muerto junto a otras tres personas, todos con tiros en la cabeza, en un aeródromo privado ubicado en un rancho de Sherman, en el norte de Texas.

Los otros asesinados fueron Ronald Mayes, exagente de policía de Sherman; Philip Good, agente del Sheriff del condado de Grayson; y Jerry Brown.

En un principio, la investigación vinculó los asesinatos con el tráfico de drogas, pero el registro de llamadas de Tate situó a Bower en el lugar del crimen.

Bower, que no quería que su esposa supiese de la compra de la avioneta, mintió a los investigadores y dijo que no tenía ninguna relación con Tate, pero el Buró Federal de Investigaciones (FBI) encontró en su garaje partes del vehículo y fue detenido.

Aunque no había testigos ni se encontró el arma homicida, los fiscales del caso acusaron a Bower de matar a Tate para robarle la avioneta y asesinar a los otros tres cuando aparecieron de forma inesperada.

«Visto con perspectiva, yo soy el responsable de estar aquí ya que no colaboré con la investigación», reconoció Bower en una entrevista reciente.

Durante los 31 años en el corredor de la muerte, la defensa de Bower trató -sin éxito- de vincular el crimen con una presunta represalia por narcotráfico.

El estado de Texas intentó ejecutarlo en seis ocasiones, la última en febrero de este año, pero los tribunales las suspendieron gracias a la estrategia legal de su defensa.

De hecho, los abogados de Bower, en un último intento de evitar la ejecución argumentaron ante el Tribunal Supremo que las tres décadas de su cliente en el corredor de la muerte, con las seis citas suspendidas, han supuesto un castigo «cruel e inusual», prohibido en la Constitución estadounidense, por lo que no corresponde aplicar la ejecución.

Si el Tribunal Supremo no se pronuncia antes, Bower se convertirá en el decimoquinto preso ejecutado este año en Estados Unidos y el octavo en Texas.

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