Tegucigalpa – Este 18 de noviembre la mayoría de tepesianos han puesto su fe y esperanza en la Corte de San Francisco, California, donde la jueza dará el veredicto final sobre el Programa de Estatus Temporal, más conocido como TPS, donde los hondureños se juegan su última esperanza.
Los tepesianos hondureños tiene la orden de acogerse a otro programa migratorio o abandonar EE.UU. de inmediato, su suerte ahora está en manos del pronunciamiento de una corte de inmigración el 18 de noviembre que podría otorgar más tiempo, pero ya no se puede pronunciar sobre el programa ya que oficialmente está cancelado.

Esperanzas
El presidente de la Fundación 15 de Septiembre, Juan Flores, dijo a Proceso Digital que hay muchas expectativas y esperanzas debido a que los demandantes han hecho un buen trabajo en este caso, donde han permitido hasta testigos.
Indicó que la juez tenía programada para las 2:00 de la tarde la audiencia, pero ante los testigos que llegarán la misma iniciará a las 9:00 de la mañana.
“Estamos muy positivos, porque Honduras no tiene esas condiciones para que puedan retornar 55 mil tepesianos, esperemos recuperar ese beneficio”, señaló.

Una veintena
Flores indicó que tras la cancelación del TPS, todos los amparados bajo ese programa han perdido sus permisos de trabajo.
Mientras que una veintena de tepesianos han retornado al país en contra de su voluntad, otros están a la espera de ver lo que pasa el próximo 18 de noviembre.

Cinco detenidos por ICE
Flores detalló que al menos cinco hondureños amparados bajo ese programa han sido detenidos por las autoridades migratorias.
La semana pasada se reportó la captura de otro hondureño quien guarda prisión en un centro de detención de Miami, apuntó.

Condiciones no han mejorado
Los argumentos de EE.UU. para cancelar el TPS “no son válidos”, ya que Honduras aún enfrenta “muchas dificultades” y no ha superado los niveles de pobreza, que afectan al 60 % de sus 10 millones de habitantes, indicó el coordinador del Observatorio de Migración de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), César Castillo.
“A pesar de que han bajado las tasas de homicidios, hay un tema también muy fuerte en el tema de violencia y en desplazamiento forzado”, subrayó Castillo, tras recordar que Honduras es uno de los países “más vulnerables” al cambio climático y continúa expulsando a buena parte de su población.
Apuntó que “si tuviéramos las condiciones, pensaríamos más bien en retener a nuestra población. No podemos dejar de aceptar a nuestros compatriotas, debemos buscar soluciones para ellos, pero realmente primero tenemos que desarrollar este país para evitar que la población se vaya”.

En Honduras les espera un futuro incierto
Los beneficiarios deberán buscar vías para regularizar su situación en Estados Unidos o prepararse para su retorno a Honduras, donde les aguarda un “futuro incierto” en medio de persistentes niveles de pobreza, violencia, desempleo y migración forzada, subrayó la coordinadora de la Defensoría de Movilidad Humana del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras (Conadeh), Elsy Reyes.
Los hondureños podrían “optar a la regularización mediante un vínculo familiar” o, en caso de ser víctimas de violencia, solicitar el estatus de refugiado, enfatizó la experta, tras señalar que la eliminación de esta protección migratoria afectará también las remesas que sostienen a cientos de familias en Honduras.

Remesas
El 25 % de los hogares hondureños, es decir, 4 de cada 10, recibe remesas, que representan el 25 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Honduras, y en el 10 % de ellos constituyen la principal fuente de ingreso, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En 2024, Honduras recibió 7,858 millones de dólares en remesas desde Estados Unidos y las autoridades estiman que alcancen los 10,259.7 millones de dólares en 2025 y 10,670 millones se proyecta para 2026.
Honduras aún padece los mismos males que expulsaron a tantos de sus ciudadanos, mientras que el Estado no ha logrado abordar las causas profundas de la migración irregular —desempleo, pobreza y violencia— tan arraigadas en esta nación centroamericana. IR









