«La magnitud no corresponde a la alerta de un tsunami», puntualizó un portavoz de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) en Santiago, según un informe del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA).
La alarma se produjo cuatro días después del terremoto de 8,8 grados Richter que en la madrugada del pasado sábado devastó una amplia zona del centro y sur del país, con un balance provisional de 799 muertos y dos millones de damnificados.
Después, varias localidades del litoral del centro y sur de Chile, así como el archipiélago de Juan Fernández, a 600 kilómetros de la costa chilena, en el Pacífico, fueron arrasadas por olas gigantescas, que ocasionaron numerosos muertos, desaparecidos y enormes daños materiales.