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Teatro Xtremo da un giro contemporáneo al «Libro tibetano de los muertos»

México – La compañía española Teatro Xtremo presenta en México su propuesta «Liberación mediante la comprensión en el estado intermedio», un reinterpretación contemporánea del «Libro tibetano de los muertos» que promete crear toda una «experiencia» para el espectador.

En las dos únicas funciones que celebrarán en la Ciudad de México, los próximos días 31 de enero y 1 de febrero, la agrupación hila el relato que recopila el texto budista.

«Explica lo que sucede justo cuando mueres; dice que el espíritu vaga un tiempo tratando de comprender lo que ha vivido y se reencarna para continuar con su ciclo de vida», afirma en una entrevista con Efe el director de la compañía, Ricardo Campelo, quien también participa como actor.

A través de escenas «muy narrativas» que implican elementos como pintura, luces led, cámaras de vídeo, imágenes «fantasmagóricas» o sonidos amplificados, crean una «experiencia» que llega de forma «directa» al público.

La propuesta es un cruce de caminos entre el mencionado libro, la interpretación que realizó el gurú Timothy Leary -quien lo tradujo «como si fuera un manual para tomar LSD, porque al parecer producía la misma sensación de viaje trascendental»- y una situación «cercana a la muerte» que tuvo el propio Campelo.

«Es una visión subjetiva de lo que viví cuando tuve una sobredosis que me tuvo en coma un par de días», indica el director, quien de ese momento no recuerda «palabras concretas», sino distintos estados, como «calor, frío, la visión de colores, recuerdos o proyecciones hacia el futuro», que ahora puede plasmar gracias a la tecnología contemporánea.

En la representación se encontrarán dos niveles: el primero, la «visión teatral», estará constituido por las acciones que las dos actrices hacen en directo, mientras que el segundo será una «visión subjetiva», formada por las imágenes que Campelo va grabando en directo con su cámara y que son proyectadas en un pantalla gigante.

A través de los primeros planos con los que el director se acerca a lo que está sucediendo en el escenario, el espectador podrá percibir factores que de otra forma «no se podrían ver en el teatro», como el erizamiento del vello de las actrices por el roce eléctrico de un micrófono, ejemplifica Campelo.

Su método de trabajo, prosigue el director, arranca siempre «desde el impulso», y se «sazona» con las experiencias vitales de cada uno de los actores, sin llegar a convertirlas en narrativa.

Dejando a un lado el teatro predominante en la actualidad, con raíces en el «teatro burgués del siglo XIX», la compañía -que está a punto de cumplir una década- intenta recuperar lo «tradicional real, que es la base del teatro milenario», vinculado con temas como «el chamanismo, las orgías o Baco».

Su objetivo es hacer que el público «pueda armar su dramaturgia o simplemente no armar ninguna, pero sí analizar lo que le está sucediendo», en lo que Campelo llama una combinación de «misticismo y raciocinio».

«No sé si nos lleva a ninguna parte, pero vivirlo es realmente emocionante», concluye el director.

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