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Supremo de EEUU ampara a inmigrante deportado por ocultar droga en calcetines

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Washington – El Tribunal Supremo de EEUU dictaminó hoy con siete votos a favor y dos en contra, que un inmigrante que ocultó cuatro píldoras de droga en sus calcetines no debió ser deportado en 2012 por este delito menor, como determinó entonces el estado de Kansas.

Los nueve magistrados de la máxima instancia judicial del país se posicionaron sobre el caso de Moones Mellouili, un ciudadano de Túnez que tenía residencia permanente en Estados Unidos y al que la Policía descubrió con droga en los calcetines.

Según explicó el fallo del Supremo, bajo la ley de Kansas, el acusado fue sentenciado a un año y 359 días de cárcel por un delito menor de drogas, al ser considerado culpable de posesión de «parafernalia» destinada a ocultar o almacenar sustancias ilegales.

La «parafernalia» a la que se refería la ley del estado del medio oeste del país era el calcetín en el que el tunecino ocultó cuatro píldoras de color naranja.

Entonces, Mellouili compareció ante un juez de inmigración, que determinó que debía de ser deportado tras haber sido declarado culpable de un delito de drogas, aunque en los registros policiales no se identificaba la sustancia ilegal.

La droga resultó ser Adderall, un tipo de anfetamina que sirve para estimular a personas con déficit de atención con hiperactividad, explicó el Supremo.

El acusado recurrió la condena y la Corte Federal de Apelaciones del Octavo Distrito, con sede en San Luis (Misuri), dictaminó en su contra.

La Corte argumentó que el crimen de posesión de parafernalia de drogas era un tipo penal lo suficientemente general como para entrar dentro del tráfico de drogas, que legitima la expulsión de un inmigrante de EE.UU.

En concreto, la Ley de Inmigración y Nacionalidad establece que todas las personas que no sean ciudadanas de EE.UU. pueden ser deportadas si se les condena por «violar cualquier regulación de un estado de los Estados Unidos o de un país extranjero relacionado con sustancias ilegales».

El Supremo en su fallo, redactado por la magistrada Ruth Bader Gingsburg, de 82 años, establece que esconder drogas en un calcetín es una infracción «de bajo nivel» que ni siquiera está tipificada como delito en muchos estados.

Por tanto, el alto tribunal considera que para ser deportados, los inmigrantes deben ser declarados culpables de un crimen que en la legislación estatal esté relacionado con un tipo penal recogido de forma similar por la ley federal.

Según concluye el Supremo, en el caso de Mellouili esa conexión no existía y por tanto, no debió ser deportado.

El profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de California Kevin R. Johnson destacó en el blog oficial del Supremo que el fallo «parece propio de una comedia televisiva».

Sin embargo, el profesor llamó la atención sobre la decisión judicial que cambió «dramáticamente» la vida de Mellouli, pues tuvo que dejar el país en el que había vivido durante ocho años y ahora está en el extranjero lejos de la mujer con la que quiere casarse.

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