Miami (EE.UU.) – «Hola Miami, siempre es bueno regresar a la manada». Así comenzó Shakira este fin de semana el primero de sus dos conciertos en la ciudad a la que se mudó con sus hijos en 2023, que le ayudó a sanar sus heridas y a emerger más fuerte y popular que nunca.
«Gracias por ayudarme a cumplir un sueño. La última vez que estuve aquí fue a ver a Beyoncé (agosto de 2023) y me pregunté si algún día podría hacer un show aquí. Les debo tanto», dijo la artista colombiana visiblemente emocionada.
Con Alejandro Sanz y Ozuna como invitados y un repertorio bilingüe, para celebrar eso y mucho más, la artista colombiana armó una fiesta de dos horas con ritmos latinoamericanos, rock y pop, en la que el dolor que la llevó a gritar «las mujeres ya no lloran» se notó más que superado.
«El amor por el otro es bonito, pero más bonito es el amor propio», afirmó radiante ante una audiencia de niños, jóvenes, adultos y hasta abuelos, que la han acompañado durante sus más de 30 años como artista profesional.
Los aplausos, gritos y vítores abundaron entre miles de fans que desafiaron una sensación térmica cerca de los 40 grados centígrados para verla en el estadios Hard Rock, casa del equipo de fútbol americano local, así como de la F1 y el Miami Open de tenis.
Otros miles más lo hacen este sábado en la noche, con Manuel Turizo y un invitado sorpresa, antes de los 11 conciertos más previstos para Estados Unidos de ‘Las mujeres ya no lloran’. Luego siguen quince en México y dos en Perú, que reponen los dos que debió cancelar por una intoxicación estomacal.
Todavía no se han anunciado las fechas de sus prometidas paradas en Europa o las nuevas citas para los shows de Boston y Washington DC, también cancelados.
Modas para todos
Aunque no había un código de vestido oficial, o quizá por ello, el público era un crisol de referencias a las diferentes etapas de su carrera.
Cintillos con orejas de lobo, honrando su era de loba; melenas negras trenzadas con lazos de colores emulando sus días de ‘Pies descalzos’; pañoletas con monedas en la cintura para su clásica danza del vientre, además de pelucas moradas del video de ‘Días de la intuición’, atuendos vaqueros y muchas lentejuelas dominaron la noche.
Shakira, por su parte, lució los mismos vestuarios de conciertos anteriores: vestidos cortos y ligeros para los temas bailables, mallas semitransparentes con lentejuelas, encaje y pedrería para la era rockera y trajes largos de gala para las dedicadas a sus hijos y al fin de su relación con Gerard Piqué.
Fueron 13 cambios en total y marcaron las paradas, a veces demasiado largas, del concierto.
En su ya esperada entrada acompañada de mujeres, caminaron con ella sus amigas y parientes, periodistas de los medios locales y las modelos Ariadna Gutiérrez, Miss Colombia 2015, y la modelo Winnie Harlow, quien es parte de su más reciente éxito ‘Soltera’.
La lista de canciones fue un híbrido entre las de los conciertos en Estados Unidos y América Latina, con menos versiones de temas en inglés que en fechas anteriores en el país para la alegría de los fans.
Si bien todas las canciones fueron más que bien recibidas, fue ‘La Tortura’ con Sanz una de las que hizo rugir más fuerte a la manada. Shakira pareció notarlo al gritar: «Ay Dios, estos es lo más bello que ha parido España después de mis hijos».
Uno de los momentos más conmovedores fue su interpretación acústica de ‘Antología’, uno de sus primeros éxitos y parte de su álbum ‘Pies descalzos’ de 1995.
El cierre fue, como era esperado, su éxito «Bzrp Music Sessions, Vol. 53», el tema que se volvió un himno de empoderamiento femenino y marcó su patada de adiós al duelo de su relación con Piqué, mientras caía una lluvia falsos billetes de dólares con la cara de Shakira.
Ella, por su parte, se despidió con un «a la bin, a la ban, Miami, Miami, ra ra ra !Qué noche!», dejando claro que las lágrimas ya han sido superadas. EFE
(vc)