Ciudad de Guatemala.- El estudiante guatemalteco de ciencias políticas Sergio Morataya se ha consolidado como una de las principales voces jóvenes opositoras al presidente del país, Alejandro Giammattei, tras las recientes acusaciones de corrupción en contra del Gobierno.
A Morataya, de 25 años, no lo ha detenido ni la lluvia ni la soledad a la hora de manifestarse en contra de Giammattei prácticamente desde que el gobernante tomó posesión en enero de 2020.
El estudiante de ciencias políticas en la Universidad de San Carlos (estatal, autónoma) frunce el ceño en una entrevista con Efe al esgrimir que Giammattei y la fiscal general de la nación centroamericana, Consuelo Porras, son «aliados» en aras de la «impunidad» y la «corrupción».
En su opinión, Giammattei y Porras «están elevando más los índices de pobreza, los índices de desigualdad y la falta de atención en cuanto a la crisis sanitaria provocada por la covid-19» en Guatemala.
UNIÓN DE LA OPOSICIÓN
Morataya considera que la oposición a Giammattei se ha unido después de la remoción el 23 de julio pasado, por decisión de Porras, del fiscal anticorrupción Juan Francisco Sandoval, quien durante más de un lustro desarticuló más de 50 estructuras ilegales dentro del Estado.
Desde entonces se han registrado diversas manifestaciones en contra de Giammattei y Porras, incluyendo varios bloqueos de carretera por parte de comunidades indígenas en el interior del país centroamericano.
Morataya cree que el despido de Sandoval «fue la gota que derramó el vaso», pero también significó «la gota que está uniendo a la sociedad civil», incluyendo universitarios y campesinos, «para exigir a una sola voz» las renuncias de Giammattei y Porras.
El estudiante no duda cuando tiene que tomar un altavoz frente a una hilera de policías en una manifestación y también en defender los recursos naturales del país desde sus redes sociales, especialmente tras integrar entre 2017 y 2019 la histórica Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) de la Universidad de San Carlos.
Para Morataya, las protestas deben «trascender más allá de la calle, hacerlo de forma político partidista, aunque también vemos con preocupación como el Tribunal Supremo Electoral está capturado y cooptado por las mafias», enfatiza el estudiante de cuarto año.
Morataya resalta que «también queremos una Asamblea Plurinacional Constituyente, donde convengan todos los sectores excluidos históricamente, pueblos indígenas, los jóvenes universitarios, las disidencias, la lucha feminista, la comunidad de la diversidad sexual».
Estos sectores, afirma, «no están representados en una Constitución (de Guatemala) que fue redactada (en 1985) durante Gobiernos conservadores y con herencias de dictaduras militares que violaron sistemáticamente los derechos humanos», continúa Morataya, viendo de reojo al contexto chileno que alcanzó precisamente este año una nueva Constitución.
Lo que hace falta para conseguirlo, junto a las dimisiones de Giammattei y Porras, es un «discurso de articulación y una organización de un solo frente», para «dejar los protagonismos y luchas de egos que a veces se da de este lado de la oposición».
LA SITUACIÓN DE LA REGIÓN
Morataya analiza también con preocupación la situación de Centroamérica, obviamente con Guatemala a la cabeza.
«En Nicaragua vemos cómo se elimina la oposición utilizando la institucionalidad del Estado para poder eliminar a todas esas candidaturas que representan una oposición disidente», argumenta.
De igual forma, Honduras «está en manos de un presidente que tiene un hermano acusado de narcotráfico» en Estados Unidos y El Salvador cuenta con «Nayib Bukele, que es un presidente populista con tintes autoritarios y que goza de altos niveles de aprobación», puntualiza Morataya.
Guatemala, por su parte, se encuentra bajo la presidencia de Giammattei, que de acuerdo a Morataya, «ha destrozado la institucionalidad, ha cooptado el sistema de justicia y ha saqueado fondos del Estado», concluyó.
(ir)
