El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza informó de que continuará con sus planes de utilizar mas aviones no tripulados pese a un informe poco favorable de la Asociación Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por su sigla en inglés).
Dicho informe concluyó la semana pasada que «un error humano» causó el accidente en el que un avión Predator B se desplomó en abril de 2006, cerca de la población fronteriza de Nogales (Arizona).
«Nada en el informe del NTSB nos indica que debemos detener las operaciones del programa Predator B», dijo al Arizona Republic Douglas Koupash, director ejecutivo de la Misión de Apoyo Aérea-Marina de la agencia federal.
La investigación del accidente estableció que el oficial que lo operaba no siguió los procedimientos necesarios para tomar los controles y cuando trató de manipular la cámara apagó el motor de la nave.
Los aviones no tripulados, que son manejados a control remoto, están equipados con poderosas cámaras y censores que ayudan a los agentes fronterizos a detectar la presencia de inmigrantes indocumentados y contrabandistas de drogas en los lugares más apartados del desierto.