Tegucigalpa (Por Isis Rubio) – Las secuelas y enfermedades por el COVID-19 no deben subestimarse. Ya hay muchos estudios sobre las múltiples consecuencias en la calidad de vida de las personas que persisten con problemas de salud luego de haber sufrido el virus.
– Enfermedades cardíacas, renales, diabetes, hipertensión y salud mental se han incrementado post COVID-19.
– La depresión, ansiedad y falta de memoria también son causas de las secuelas de la COVID-19.
– Este año se registran 57 muertes por COVID en todo el territorio nacional.
Desde de la pandemia de COVID-19 muchos pacientes sufren complicaciones de salud que no tienen una explicación, pero que según los científicos son a causa de haber padecido el virus. Los infartos se han convertido en una modalidad latente de muerte en los últimos años sin una aparente causa desde el punto de vista sanitario.
En ese apartado, los síntomas más comunes son cansancio o fatiga que afecta las actividades de la vida diaria, dificultad para respirar, tos, problemas para concentrarse o para recordar, dolores de cabeza, complicaciones de sueño, problemas estomacales o intestinales, dolores articulares, dolor de pecho, palpitaciones, cambios en el ánimo y cambios en el ciclo menstrual.
Algunas de las enfermedades secundarias al COVID-19 son la diabetes, hipotiroidismo, hipertensión arterial, problemas inmunes, artritis, neuropatías, depresión y alergias nuevas o empeoradas.
No se dimensiona el impacto del “COVID largo”
La coordinadora del Observatorio de COVID-19 de UNITEC, doctora Reyna Durón, en conversación con Proceso Digital arguyó que si una persona continúa con síntomas o si desarrolla nuevos síntomas luego de 3 a 5 meses después de haberse contagiado, entonces tiene COVID largo. El mismo puede durar semanas, meses e incluso años.
Explicó que los estudios científicos indican que los que han tenido enfermedad aguda severa, los que se han contagiado y enfermado varias veces, los que tienen comorbilidades y los que no están vacunados, tienen más riesgo de desarrollar COVID largo.
La científica agregó que muchas personas han tenido cuadros de COVID muy leves, pero aun así, desarrollan secuelas, por eso debe mantenerse las precauciones de contagio dependiendo de los ambientes en que se vive.
Detección y manejo del COVID largo
Sostuvo que hay síntomas que resultan difíciles de explicar y tratar, y puede ocurrir que los exámenes médicos de rutina sean normales, aunque las personas se sientan enfermas por cuadros de COVID largo.
Por su impacto, el Observatorio de COVID-19 de UNITEC ha sugerido en varios boletines, que debe haber un protocolo de detección y manejo del COVID largo, y que debe revisarse o estudiarse tratamientos para prevenirlo y tratarlo, señaló.
“Quedarse esperando a que las secuelas lleguen, ya no es una opción, porque tenemos más conocimiento de la enfermedad», opinó la galena.
Recomendó que el sistema de salud hondureño revise los casos y atender a la población con estos problemas, “pero nos hemos olvidado de esto, como si hubiéramos pasado un borrador al tema”.
Virus permanece en múltiples tejidos
Durón explicó que varias publicaciones científicas indican que hay persistencia de fragmentos del virus, que quedan en múltiples tejidos desencadenando reacciones inflamatorias y autoinmunes. Es decir, el organismo se ataca a sí mismo creyendo que está atacando al virus.
Sostuvo que otra mala noticia es que esta persistencia del efecto viral del SARS-CoV-2 genera defensas bajas (inmunosupresión). Esto hace que se reactiven otras infecciones por virus que están latentes en el cuerpo, como Epstein-Barr, citomegalovirus y herpes zóster, entre otros.
Actualmente, hay preocupación porque esta condición de defensas bajas, está resultando en aumento de casos de tuberculosis, detalló.
“Todo esto indica que hay COVID para largo y que usted no debería descuidarse y que deberíamos apoyar a los científicos para buscar prevención y tratamiento a estos problemas”, apuntó.
Enfermedades a la vuelta de la esquina
De su lado, el exsubsecretario de Salud, el doctor Roberto Cosenza, en declaraciones a Proceso Digital dijo que las enfermedades cardíacas, renales, diabetes, hipertensión y salud mental están a la vuelta de la esquina.
Las enfermedades cardiovasculares son las que más se han incrementado, son las de mayor riesgo y las que requieren de un tratamiento más prolongado de un mayor número de medicamentos y de ingreso hospitalario.
“Si no se le da el seguimiento a las enfermedades crónicas se puede descompensar al paciente, si no toma su tratamiento todos los días como se lo indica el médico la salud se deteriora”, detalló.
Explicó que se tienen que hacer muchos estudios para determinar qué es lo que ha provocado los síntomas que presenta la población ya que muchas personas presentan dolores en la espalda, las articulaciones, el periodo menstrual de las mujeres y la disfunción eréctil en los hombres.
En ese sentido, dijo que esta enfermedad se sigue conociendo, por lo tanto van a ir surgiendo en los estudios las secuelas que pudo haber dejado la enfermedad.
El COVID-19 vino afectar el sistema circulatorio, endocrinólogo y vemos como estas secuelas han incrementado estas enfermedades, argumentó.
A medida que pase el tiempo se va a tener un mayor conocimiento de la enfermedad, pero se debe de trabajar en la prevención “ya que el virus se quedó con nosotros para siempre”.
Importante la prevención
La prevención inicia desde los hogares se debe de aprender y darle prioridad a la salud, el médico siempre hará su parte, pero el paciente también tiene que hacer la suya por lo que el tomar medidas tiene que ser prioridad, indicó.
Agregó que el uso de la mascarilla, el lavado de manos con alcohol o gel ayudarán en la prevención de la enfermedad, se debe de mantener la distancia, no estar en aglomeraciones porque el virus vive ahí.
Asimismo, recomendó que con el primer síntoma como es la fiebre se debe de asistir a un centro asistencial, no automedicarse porque no es conveniente, es necesario que la población busque a su médico o el centro de salud más cercano.
Enfermedades mentales
Por su parte, el doctor Mario Aguilar, director de Hospital Psiquiátrico Mario Mendoza en conversación con Proceso Digital detalló que las secuelas de la COVID-19 han incrementado los síntomas depresivos, ansiedad y problemas de memoria y atención.
Explicó que hay pacientes que tras el COVID-19 tienen problemas de memoria y atención esto significa que no están pensando con la misma claridad que lo hacían antes de que llegará el virus.
Agregó que también hay pacientes que sufren síntomas físicos como es el agotamiento, fatiga y que no los hace rendir en sus labores diarias y las hacen disfuncionales en su vida.
Sostuvo que uno de los síntomas que hacen sospechar que una de las secuelas es la fatiga, la pérdida de memoria y la depresión.
“El encierro provocó que los menores y ancianos desarrollaran depresión o ansiedad por lo que los afectó gravemente”, señaló.
Indicó que ellos ya manejaban un historial de personas que padecían depresión antes del COVID-19, pero post COVID los casos se han incrementado esto nos indica que son parte de las secuelas que deja el virus.
Añadió que el cardiólogo está remitiendo a pacientes con arritmia esto es otra causa de las secuelas del virus.
Datos que valen
A la fecha en lo que va del año la Secretaría de Salud registra la muerte de 57 personas. De este universo de fallecidos, 23 padecían hipertensión arterial, 17 de diabetes, 11 de cardiopatía, 8 Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, 6 enfermedad renal crónica, 2 cáncer, 2 obesidad y 2 inmunosupresión.
La mayoría de los fallecidos oscilaban edades de entre 70 a 79 (10) y de 80 en adelante (32). IR