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Se fue “El Macho” más macho de este mundo

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Tegucigalpa – Tenía más pegada que el propio boxeador puertorriqueño Luis “El Macho” Camacho, nada más que esa virtud la moldeó en su pierna derecha, convirtiéndose en verdugo de decenas de porteros que sufrieron la dinamita de su impacto con el balón. Se trata de José Roberto “El Macho” Figueroa, exmundialista hondureño en España 1982, que dejó de existir a los 61 años.

– Uno de sus compañeros, Héctor “Pecho de Águila”, sintió una especie de premonición en los últimos días, la inquietud se apoderó de él y pensó en reunir al grupo para saber más de “El Macho”, que había estado ausente en los últimos meses.

Macho y Hugo SFigueroa junto al mexicano
Hugo Sánchez.
“El Macho” -como le conocían cariñosamente a Figueroa- murió lejos de su natal Olanchito, específicamente en San Francisco (EEUU), donde pasó los últimos años de su vida, incluso apartado de sus hijos.

El deceso de Figueroa tomó por sorpresa a los hondureños, quienes no daban crédito a lo ocurrido. El ídolo de pantaloncillos cortos había colgado los botines.

Bicampeón con el Vida, logró hacer carrera en España con el Murcia y el Hércules. Jugó además en Motagua y Victoria en Honduras, y con el Cartaginés de Costa Rica.

Fue figura en el Murcia, donde se convirtió en su máximo goleador histórico e incluso en 2006 fue objeto de un homenaje por su contribución con el equipo murciano. Con la Selección Nacional anotó 13 goles en eliminatorias mundialistas, solo superado por Carlos Pavón.

Figueroa era el típico bromista que, pese a que había momentos difíciles, siempre se gastaba bromas para alegrar a sus compañeros. Casi siempre compartió habitación con “Pecho de Águila” de Zelaya cuando se trataba de dos personas por cuarto, pero en la concentración de Valle de Ángeles también lo acompañaron: Jaime Villegas, David Bueso y Ramón Maradiaga (el famoso cuartito).

Sus amigos lo recuerdan como una persona entusiasta, entregada a su profesión, respetuoso, simpático, bromista y sobre todo “muy feliz”. Siempre fue sencillo, tranquilo y con un gran potencial futbolístico que moldeó de la mano de Chelato Uclés.

“El Macho” desde hace unos años vivía solo en San Francisco (EEUU). Se divorció de su esposa y fue padre de dos hijos, ambos residentes en La Ceiba, Caribe de Honduras.

Integró el once titular en los tres juegos de la selección hondureña en el Mundial de 1982 ante la anfitriona España, Irlanda del Norte y Yugoslavia.

Macho HN canadaEn un juego contra Canadá en Tegucigalpa a estadio lleno.Era un jugador con personalidad. En el juego inaugural contra España el primer balón que agarró disparó al marco de Luis Arconada, contraviniendo la táctica del profesor Uclés.

Tras concluir su carrera de futbolista se marchó a Estados Unidos para establecerse. Allá desempeñó varios tipos de trabajos y últimamente estaba dirigiendo un grupo de niños futbolistas.

Roberto Figueroa es el cuarto exmundialista de España 1982 que fallece. Ya partieron de este mundo: Javier Toledo, Domingo Drummond y Roberto Bailey, aunque se toma en cuenta a Salvador “Pichini” Bernárdez y Hernán García, que estuvieron en los procesos de selección de 1980 y 1981.

Proceso Digital logró varias entrevistas con compañeros de Figueroa y a continuación algunas anécdotas con el inmortal “Macho”.

Terror del afro de Tony Laing

Jaime VillegasUno de sus compañeros, Jaime Villegas, relató a Proceso Digital que “El Macho” era el más bromista del grupo junto a Héctor “Pecho de Águila” Zelaya, y tenía como “sus clientes favoritos” a Javier Toledo, Antonio “La Aguja” Laing y Carlos Orlando Caballero.

Narró que “era un tipo alegre y pocas veces lo vi triste, era un gran compañero, el típico campeño (proveniente de los campos bananeros de la época), simpático y bromista. Tenía una pegada con su pierna derecha como pocos, golpeaba la pelota fuera de lo normal”.

Entre sus anécdotas favoritas, cuenta que Tony Laing tardaba una hora arreglándose el pelo -usaba afro-, se pasaba un pañuelo de seda y le quedaba bien redondo el cabello, pero cuando se sentaba en el bus, se iba por detrás “El Macho” y le halaba el pelo. “Nosotros gozábamos porque lo dejaba terriblemente mal, eso era cada vez que volvíamos de Valle de Ángeles hacia Tegucigalpa”.

Asimismo, mencionó que una vez en Lorca -municipio de Murcia- hicieron una gira con la Selección y ganaron ese juego 1-0. Luego regresaron al hotel, cenaron y los agarró la medianoche en el comedor. “De repente escuchamos los ruidos de una moto, con la sorpresa que se trataba de El Macho junto a unos muchachos lugareños, entonces le dijimos: ‘Macho si te mira el profe te va a llamar la atención’, a lo que contestó: ‘Que no joda Chelato, a mí me gusta andar en moto’… el profe estaba a la par y cuando se dio cuenta le pidió muchas disculpas”.

En tenis a Casa Presidencial

Fernando Azulejo PDOtro de sus compañeros mundialistas, Fernando “El Azulejo” Bulnes, contó que es difícil olvidar tantas vivencias junto a Figueroa. “Nuestro grupos pasó momentos de sacrificio, el profe Chelato tenía que andar pidiendo comida de fiado. Fuimos sometidos porque por primera vez había que hacer algo bueno por el país y que dignificara al grupo haciendo bien las cosas y jugando bien al fútbol”, apostilló.

Narró que una vez recibieron una invitación a un evento de Casa Presidencial, por lo que el profesor José de la Paz Herrera les pidió que lucieran decentes para la ocasión.

“El bus estaba listo para salir y solo faltaba Roberto, entonces Chelato pregunto si sabían qué estaba haciendo “El Macho” y por qué no se apuraba, a lo que los más bromistas -Pecho, Primi, Costly- contestaron estaba echándose agua florida. En eso aparece y se para en la entrada y le dice Chelato: ‘¿Y qué le pasa que va con tenis?’… acto seguido, Figueroa regresó en carrera a guardar sus tenis Caprisa para reemplazarlos por zapatos formales. El bus quedó en total algarabía por lo sucedido”, reseñó Bulnes.

La noche de los montunos

De su lado, Ramón Enrique “El Primitivo” Maradiaga, le confió a Proceso a Digital que la última vez que vio a Figueroa fue en 2011 en un camerino previo a un juego.

Ramon MAradiaga PD“Él tenía muchas bromas sanas que no incomodaban y que daban gracia por la forma en que las ejecutaba, que eran más de palabras que de hechos. Eso hacía que se granjeara muchas simpatías en el grupo”, recordó.

Sobre la pegada que tenía “El Macho”, refirió que es algo natural con lo que él nació, “pero mejorar esa técnica sin duda fue una tarea del profesor Uclés, que en base al trabajo individualizado que hacía, logró sacarle el máximo provecho a esa virtud”.

A Figueroa, el profesor Uclés, lo ponía a pegarle a un frontón de madera buscando ponerle objetivos para que tuviera una visión de la manera que tenía que tener para pegarle al balón. “Siempre hubo disposición de él, porque en el caso de no hacerlo nunca lo hubiera logrado”.

Maradiaga contó que el juego de eliminatorias mundialistas ante Canadá, lo derrotaron 2-0 con anotaciones de Carlos Caballero y Roberto Figueroa, ambos oriundos de los campos bananeros de Olanchito.

Cuenta la leyenda que en la hexagonal de 1981, realizada en Tegucigalpa, ese partido ante Canadá prácticamente le dio la clasificación a Honduras al primer mundial. El Macho se le acercó ante del juego a Carlos Caballero y le confió: “Ellos son grandes, pero son torpes. Vos te vas a rebuscar porque ellos se comen los amagues y no te preocupes que hoy será la noche de los montunos”.

Esa gloriosa gesta fue bautizada como “La noche de los montunos”.

“El Primi” puntualizó que “El Macho” para todo agarraba de ojo de gallo a Javier Toledo. Una vez viendo un video en grupo en Jícaro Galán alguien dejó caer una silla y de inmediato Roberto gritó: “Ayyy Toledo”… porque para todo el primero que mencionaba era a él.

Five Pum Pum

Hector Zelaya PDEntre tanto, Héctor “Pecho de Águila” recordó que para ir a España 1982 el grupo pasó tres años juntos, por lo que “había que ponerle humor a la vida”.

Macho era muy querido -prosiguió- era una persona muy genuina, cuando decía algo era porque lo sentía.

Lo conmemoró como “un ser humano alegre que siempre estaba muy feliz. La fuerza la tenía en las piernas y siempre confiábamos que una patada suya nos podía dar la victoria”.

“Siempre fue un tipo alegre, muy bromista, pero en el marco del respeto. Como futbolista era extraordinario y como persona muy genuino”, refirió.

Contó una anécdota en una concentración en Estados Unidos, donde compartía habitación con David Bueso y antes de un juego llamó al guardia del hotel para decirle: “Come on, come on…” y con la mano mostrándole los cinco dedos le indicaba: “Five, pum, pum”, en alusión a que lo despertara a las 5:00 de la mañana.

Igualmente, relató que un juego en Vigo (España) contra el Celta, “hubo un penal a favor de nosotros, fue un poco dudoso… entonces ‘El Macho’ puso el balón y lo botó y empezó a aplaudirle la gente de una forma increíble por su cortesía, mientras todos nosotros estábamos molestos porque queríamos ganar. Pero, minutos después hubo un tiro libre y lo puso al ángulo, ganamos el partido 1-0… fueron momentos divertidos”.

“Pecho de Águila” señaló que en la última semana pasó inquieto pensando en “El Macho”, incluso comentó a sus compañeros exmundialistas que deberían reunirse cuando pasara la pandemia de COVID. “Cuando recibí la noticia de su muerte fue horrible eso, algo impactante”, dijo.

El día que “El Macho” evitó un robo

Carlos Orlando Caballero PDOtro de sus excompañeros, Carlos Orlando Caballero, narró que conocía a “El Macho” desde los 10 años cuando coincidieron en la escuela.

“Lo considero uno de mis mejores amigos, como un hermano, un tipo jovial, bromista, noble de corazón y una gran persona”, resumió.

Caballero relató que en las sedes de los clubes hay un cuarto que le llaman “la morgue”, espacio confinado para los más nuevos.

“Yo me vine con él en el tren de Coyoles Centrales hacia La Ceiba, él ya tenía un año de estar en el Vida y me invitó para que fuera a jugar allá, entonces en una habitación de 10X10 habíamos como ocho. Yo llevé mis ahorros después de quebrar la chanchita, eran puras monedas de 50 centavos que metí en un calcetín y lo guardé en la maleta, pero al llegar allá percibí que un negrito de los nuevos me quedaba viendo mucho, entonces le confié a Macho que andaba dinero en tostones, se lo dejé encargado a él que vivía con ‘Palanca’ Mendoza y Williams”, describió.

Luego, adicionó que Macho agarró el calcetín y metió balines, mables y chapas de refrescos. “Yo me dormí en una colchoneta y al siguiente día el jugador de raza se había marchado con el calcetín, más no sabía que lo que se robó fue mables, balines y chapas, entonces inmediatamente me voy donde Macho y me dice: ‘Te fijás que jodida les pegamos”.

Así era “El Macho”. Ocurrente, bromista y simpático, que se nos fue de esta tierra, pero queda inmortalizado entre quienes lo vieron jugar y se maravillaron con sus goles. Su partida nos cae como “Patada de Mula” y hay que ser “Macho” para aguantar esta pena.

¡Descanse en la paz del Señor, José Roberto Figueroa, “El Macho” más macho de este mundo!

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