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Se debe enseñar religión en las escuelas?

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Por: Otto Martín Wolf

Como ateo (no agnóstico, que es una versión «ligth» de no creer en dios) mi primera reacción sería decir que «mantengamos a dios y las religiones fuera del alcance de los niños».

Dejémoslos que crezcan libres de contaminaciones y que primero aprendan ciencia, matemáticas, historia y artes.

Y luego, cuando tengan un criterio formado sobre cosas reales y tangibles, que se enfrenten-si lo desean- a problemas metafísicos.

Los niños creen y los adultos tienen una gran responsabilidad sobre lo que se les enseña.

Veamos lo que pasa con San Nicolás: Los adultos montan verdaderas obras de teatro, de engaño, para hacerles creer en su existencia. Tanto que llegan a saber hasta el nombre de los renos que tiran de su imaginario trineo volador.

Luego, alrededor de los siete u ocho años, viene el terrible desengaño; resulta que todo fue una farsa!

Pero no es así con asuntos más serios como dioses y religiones; el adoctrinamiento continúa hasta llegar, en la mayoría de los casos, al punto de no retorno, cuando es ya imposible dejar de creer lo que le han enseñado los mayores.

El problema es que si usted hubiera nacido en India adoraría los dos mil y pico de dioses del Hinduismo, incluyendo la diosa vaca y el dios mono.

De haberlo hecho en Japón (además de tener los ojos sesgados y el cabello rabiosamente lacio) no tendría preferencia por ninguna religión en particular.

Y si hubiera nacido en el antiguo Egipto, hubiera creído sin ninguna duda  que el Sol era el dios supremo.

Y en todas partes, en todas las religiones, todos creen que sus dios es el único y verdadero, lo que no puede ser, o todos son verdaderos o ninguno lo es.

Es por eso que creo que debe enseñarse religión en las escuelas, desde luego con ciertas reglas.

La primera sería que se enseñara las más importantes religiones, todas: Judaísmo, Islamismo, Cristianismo, Hinduismo y, porqué no, hasta lo referente al ateísmo.

La segunda regla es que las religiones deberían ser enseñadas por pastores, sacerdotes, imanes y rabinos auténticos, no por profesores imparciales.

Y la tercera sería que deberían practicarse exámenes como si se tratara de cualquier materia, de aprobación obligatoria.

Así, cuando los niños crezcan y salgan al mundo, podrán comprender mejor cómo piensan y actúan en el campo religioso las diferentes razas y países.

Una ventaja de ésto es que, al comprender lo que cree otra gente, se evitarían en parte las guerras religiosas y el fanatismo generador de terrorismo, guerras y muerte.

Pero, Honduras es un país laico o, lo que es lo mismo, independiente de toda consideración religiosa (gracias al General Morazán).

Esa es otra preocupación. En los últimos tiempos se ha producido una ofensiva religiosa en el gobierno. En inauguraciones y eventos de importancia cada vez más están presentes pastores y sacerdotes orando y enviando bendiciones, lo cual va contra eso del Estado laico.

El peligro de las religiones con poder político es real. Lo vemos en escala grande en países como Irán, donde son sacerdotes del Islam quienes dirigen el país, con todo el radicalismo que otorga un poder que supuestamente viene de dios.

Que no puede pasar aquí? Pues antes era así, hasta que Morazán cambió las cosas, para beneficio de todos.

La «Santa Inquisición» debe servir como un triste recordatorio de que dios -cualquier dios- o las religiones -cualquier religión- deben mantenerse lejos del gobierno.

Por eso es que abogo por que se enseñe religión en las escuelas, todas las religiones, como asignatura obligatoria.

Me parece que mi propuesta encontrará gran oposición. Por parte de quién? Obviamente por parte de las mismas religiones.

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