«De algún modo América Latina es hoy una clase media del mundo, no somos ya aquel continente perdido y pobre», indicó hoy Sanguinetti, invitado especial del XII Encuentro Nacional de la Empresa Privada (ENADE 2012), que se llevó a cabo en un hotel de San Salvador.
En la actividad, organizada por la Asociación Nacional de la Empresa Privada (Anep), denominada «Compromiso por la Democracia. El Salvador sí tiene Futuro», Sanguinetti aseguró que aunque América Latina no está en el «mundo de la riqueza», con los «12,000 dólares de ingreso per cápita ya puede mirar hacia el mundo de otro modo».
«Hoy ocho de cada diez latinoamericanos tienen celular, 40 % accede a un estadio de educación superior al que tuvieron sus padres», añadió.
Indicó que «también es verdad que un tercio de esa población sigue en la pobreza», y que la región exporta «un 60 % de la materia prima, y que esas son las limitantes del desarrollo que tendremos que superar en los tiempos venideros».
Resaltó que la democracia de la región tienen avances pero que también tiene fragilidades «por algo se cayeron cuatro Gobiernos en Ecuador hace seis, siete años. En el 2002 cuatro Gobiernos en Argentina, el último que se cayó (en 2009) en Honduras», recordó.
También afirmó que en la región hay «una ola populista que desgraciadamente empieza por condenar y limitar la libertad de expresión de pensamiento», como Ecuador y Venezuela, resaltó.
Durante el encuentro empresarial, la ANEP, junto a 126 organizaciones de la sociedad civil, entregaron a representantes de los diferentes partidos el documento «Compromiso por la Democracia», que busca ser la base para convertir a El Salvador en un país «con alto índice de desarrollo humano, a través de la ejecución de las metas básicas», según un comunicado de la cúpula empresarial.
Proponen crear un Tribunal Supremo Electoral (TSE) independiente de los partidos, separando las funciones administrativas de sus funciones jurisdiccionales y una Corte Suprema de Justicia (CSJ) con independencia garantizada.
Asimismo, Concejos Municipales donde puedan participar varios partidos, una Fiscalía General de la República (FGR) con mayor independencia y autonomía financiera, entre otras recomendaciones.
El presidente salvadoreño, Mauricio Funes, durante su discurso indicó que no sólo compartía las propuestas hechas por los empresarios y la sociedad civil, sino que «silenciosamente ha comenzado a trabajar» en la misma «dirección reformista» que le plantearon.
