Tegucigalpa –Las ciudades de San Pedro Sula y Puerto Cortés en el norte de Honduras, son las ciudades donde más policías han muerto en el cumplimiento de su deber, indicó el oficial Walter Valladares de la subdirección de Bienestar Social de la Secretaría de Seguridad.
No obstante, aseveró que en la mayoría de los casos en los que han muerto agentes policiales en enfrentamientos, los culpables han sido capturados, enjuiciados y encarcelados.
Indicó que ser policía es uno de las profesiones más riesgosas y aunque cuentan con un seguro de vida, no es suficiente para la peligrosidad que representa la carrera policial.
“Es parte de nuestra labor, hacer lo que la Constitución de la República nos dice y participar los operativos; después de que fallecen, los familiares reciben un seguro por parte de la Secretaría de Seguridad y con la subdirección de Bienestar Social, le damos un seguimiento a estas personas, tanto a sus hijos como a sus parientes más cercanos, para ver cómo se desenvuelven después que un compañero nuestro fallece”, arguyó.
“Lo que nos importa a nosotros es que la ciudadanía esté de parte de nosotros y que sepa que nosotros trabajamos por ellos en contra de los delincuentes”, añadió Valladares.
La coordinadora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), Migdonia Ayestas, detalló que desde 2012 a la fecha han perdido la vida 185 policías y este año van 17, mientras que en 2003, la cifra fueron 38.
“Eso es una preocupación porque año con año, vamos viendo que la muerte de policías va en aumento y que tiende a desarrollarse y hacer efecto en la población, porque si son policías los que están muriendo violentamente, entonces quién defiende a quién”, se preguntó.
Ayestas precisó que los policías que han muerto en mayor proporción son los pertenecientes a la escala básica seguido de los agentes de investigación criminal y los que tienen algún rango dentro de la Policía y luego siguen los policías de fronteras, los de Tránsito así como los policías penitenciarios.