La desventurada historia ocurrió desde el 25 de noviembre, entonces el pequeño fue trasladado al hospital de Choluteca, en el sur de Honduras.
Es hasta este lunes que Robert es remitido al Hospital Materno Infantil, en la capital hondureña. Allí el cirujano plástico Carlos Flores dijo que de inmediato se iniciarán acciones para que el daño no avance.
El experto consideró la aplicación de antibióticos a la vez que lamentó que la campaña contra el uso de la pólvora no tenga todo el eco que se requiere para hacer conciencia entre la población de Honduras, un país donde cada fin de año decenas de niños y niñas son envueltos en las desgracias que dejan las quemaduras de los cohetes, morteros y luces manipuladas inadecuadamente.
En este país centroamericano la pólvora es parte de las tradiciones culturales, su arraigo es profundo pero con el paso del tiempo los inofensivos juegos se han transformado en potentes detonadores que se trafican sin control.
En 2011, 22 niños fueron internados por quemaduras de pólvora únicamente en el Hospital Materno Infantil. Otros 363 menores también sufrieron quemaduras diversas durante ese mismo año, indican los registros sanitarios del centro.